VenePirámides
El Gobierno literalmente apagó las industrias básicas en 2009. Como parte del plan de racionamiento de energía que ordenó para intentar paliar la severa crisis eléctrica registrada ese año. A finales de diciembre se produjo el cierre de algunas líneas y la desincorporación de celdas de las empresas estatales Aluminio del Caroní, Industria Venezolana de Aluminio y la Siderúrgica del Orinoco.
El recorte energético significó un antes y un después para esas industrias. Aun cuando la mayoría de las fábricas ya exhibían una curva decreciente en la producción, la desactivación de celdas y el apagado de hornos aceleraron la caída, con especial énfasis en el sector aluminio. Dos años después, la industria del aluminio aún no se recupera. Las dificultades operativas, propias de un sector industrial signado por la desinversión, se han acentuado en 2011 con la escasez de insumos y repuestos.
Los dirigentes sindicales opositores al Gobierno atribuyen los saldos en rojo a un plan deliberado para mermar el potencial de Guayana con fines políticos. Quienes militan en el Partido Socialista Unido de Venezuela no niegan la crisis y reconocen la negligencia del antiguo Ministerio de Industrias Básicas y Minería para gestionar los recursos.
Para 2012 el futuro de las empresas no está claro: ¿Aplicarán el Programa de Transición del Plan Guayana Socialista? ¿Regresarán CVG Bauxilum y Carbonorca al Ministerio de Industrias? Son incógnitas que comparten trabajadores y dirigentes del buró oficial.
Los números para la industria del hierro, acero y aluminio no son alentadores. Los indicadores oficiales indican, en la mayoría de los casos, retrocesos que tienen como principal causa el retraso en la entrega de los recursos para la compra de insumos y repuestos.
CVG Venalum sólo ha podido incorporar 8% de sus celdas, luego de que en diciembre de 2009 desactivaron 400 de las 905 instaladas en las líneas de producción. Alcasa tiene 90 celdas menos operativas y produce a 35,46% de su capacidad en las líneas 3 y 4, de acuerdo con los informes diarios de gestión.
CVG Carbonorca ha bajado 45% su producción con respecto a 2009 y calculan que este año la fabricación de ánodos verdes llegue a 70.000 toneladas; la mitad de su diseño. CVG Bauxilum apenas tiene posibilidades de superar la producción de alúmina calcinada con relación a 2010. De 6 millones de capacidad en la extracción de bauxita, la procesadora ha usado menos de 40% de su diseño. Hasta mediados de diciembre lograron alrededor de 1.270.000 toneladas de alúmina calcinada, cerca de 60% de su potencial.
Y aunque la Siderúrgica del Orinoco tenía más posibilidades de recuperación, de acuerdo con los índices financieros, la escasez de insumos y repuestos también influyeron en la paralización constante de las áreas, así como los conflictos laborales del último trimestre.
Hasta noviembre pasado la producción acumulada fue de 2,3 millones de toneladas de acero líquido y, hasta ese mes, presentaba 60,5% del cumplimiento de la meta pautada para 2011. Sidor producirá alrededor de 60% más de acero líquido con respecto a 2010, tomando en cuenta que la acería produjo al cierre de ese año 54,9% menos que su capacidad instalada por la restricción energética.
Sin contar el bajo nivel productivo de las briqueteras estatizadas. En el caso de Orinoco Iron sólo pudo mantener operativo uno de los cuatro trenes de producción. Llegó incluso a no tener ningún tren operativo por un flujo de caja deficiente.
Saldos desfavorables Los estados financieros y los riesgos operativos han mantenido en vilo las gerencias de las empresas y a los trabajadores, cuyas preocupaciones han sido ventiladas en los medios de comunicación. La politización de las empresas, la alta conflictividad, el engorde de la nómina y la insuficiencia de repuestos e insumos han configurado una fórmula con saldos desfavorables.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Alúmina, José Luis Morocoima, señaló que la conjugación de esos elementos ha traído como consecuencia una depresión financiera cada vez más cuesta arriba.
"Uno de los elementos negativos es que en la CVG no se nombró un presidente que estuviera las 24 horas del día pendiente de la recuperación de las empresas. Al no tener atención de parte de la CVG eso produjo un estado de sobrevivencia", afirmó.
El delegado de prevención de Bauxilum en Pijiguos, Jesús Arias, dijo que el centro de la crisis está en la desmantelación de las gerencias mediante el clientelismo y la desinversión en los sistemas de producción.
El dirigente mencionó, a manera de ejemplo, que de 10 camiones roqueros sólo funciona 1 y que los tiempos de espera de gabarras se han prolongado.
"Los gerentes no han tenido la suficiente voluntad para hacer los requerimientos oportunos", agregó. Contó que los trabajadores han decidido acudir a los basureros en busca de mangueras que puedan sustituir la de las maquinarias, ese esfuerzo es parte del sacrificio del personal por su empresa.
Para otros la crisis en las empresas básicas es programada. El director laboral de CVG Venalum, Luis Vásquez, señaló que la estatal propició la escasez de coque, fluoruro y brea con el objetivo de comprar, a última hora, a un proveedor que vende por encima del precio histórico de la tonelada.
Desde los primeros días de diciembre las plantas de Molienda y Compactación, productoras de ánodos, estuvieron 20 días apagadas por la ausencia de inventario de las principales materias primas, todas importadas.
Las transnacionales Glencore y Palmat se habrían comunicado con los gerentes de Logística y Comercialización de Venalum con el fin de negociar la compra de 30.000 toneladas de coque de petróleo calcinado a cambio de 9.000 toneladas de aluminio primario, añadió.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores de Alcasa, Henry Arias, indicó que las gerencias y los trabajadores están en una encrucijada. “Pudiéramos tener la disposición de tener todas las celdas pero no tenemos la suficiente electricidad, pudiéramos tener suficiente electricidad pero no materia prima, pudiéramos tener materia prima pero no suficientes ánodos. Estamos entrampados, enredados”, expresó.
En su opinión, “el Gobierno se descuidó con estas empresas, especialmente con Alcasa” y los números lo reflejan. La Memoria y Cuenta del Ministerio de Industrias Básicas y Minería 2010 indica que Alcasa acumuló pasivos por casi 3 veces sus activos y alcanzó un nivel de endeudamiento de 245%.
La situación de las reductoras, cuya capacidad de producción ha disminuido debido a los bajos niveles de inventarios de materia prima, ha influido directamente en la producción de CVG Carbonorca.
El secretario de organización del Sindicato de Trabajadores de Carbonorca, Ramón Espino, dijo que de los 365 días del año, la estatal ha permanecido más de 200 días paralizada por escasez de coque y petróleo.
El espiral de crisis ha alcanzado a Sidor, donde la desinversión en las áreas medulares y la obsolescencia tecnológica han generado paradas obligadas en todas las plantas. Cal, refractarios, grasas, aceites y repuestos son algunos de las principales fallas en la logística de la fábrica.
Trabajadores han referido que el presidente de la acería, Carlos D’Oliveira, tiene más de mil solicitudes de órdenes de compra que no han sido gestionadas por un flujo de caja negativo.
“No me caracterizo por mentir.
Nuestras operaciones necesitan inversiones, pero hay plantas que tienen mayor criticidad que otras; con inversión se tiende a normalizar. Hay una planificación de proyectos, eso sí, para resolver paulatinamente”, declaró el presidente de Sidor en una entrevista al diario regional Correo del Caroní.
El Plan Trienal de Guayana Socialista indica que en 2011 el sector aluminio debió recibir 1,6 millardos de bolívares para acometer la primera etapa de inversión, lo que representa 20% de los recursos presupuestados para la industria. De 32 proyectos, 90% son de alta prioridad para mejorar los procesos productivos y aprovechar las capacidades instaladas de cada una de las empresas.
Los participantes de la subcomisión del Plan Guayana Socialista reconocen que ha habido un retraso en la entrega de recursos pero, en opinión del ferrominero Julio Romero, las inversiones deben ser cuidadosamente programadas para evitar que vayan a un saco sin fondo. “Hay propuestas de diversificación que han quedado estancadas producto de la burocracia, y para superarla debemos aplicar estrategias distintas”, dijo al referirse a la implementación del control obrero.
La reorganización del Ministerio de Industrias y la desaparición del Ministerio de Industrias Básicas y Minería, sin embargo, han generado incertidumbre. Después del diseño del Plan Guayana Socialista 2009-2019, en el que el Ejecutivo ocupó a cientos de trabajadores, la adscripción de empresas como Venalum y Carbonorca al Ministerio de Minas y Petróleo echan por tierra los planes de desarrollar un cordón productivo integrado en el sector hierro, acero y aluminio.
Para 2012 el Ministerio de Industrias Básicas y Minería presupuestó 2,9 millardos de bolívares, que serán deficitarios pues en el documento oficial se calcula requerir 9% más de lo solicitado de acuerdo con la Ley de Presupuesto, según reportó el diario El Nacional.
El Gobierno literalmente apagó las industrias básicas en 2009. Como parte del plan de racionamiento de energía que ordenó para intentar paliar la severa crisis eléctrica registrada ese año. A finales de diciembre se produjo el cierre de algunas líneas y la desincorporación de celdas de las empresas estatales Aluminio del Caroní, Industria Venezolana de Aluminio y la Siderúrgica del Orinoco.
El recorte energético significó un antes y un después para esas industrias. Aun cuando la mayoría de las fábricas ya exhibían una curva decreciente en la producción, la desactivación de celdas y el apagado de hornos aceleraron la caída, con especial énfasis en el sector aluminio. Dos años después, la industria del aluminio aún no se recupera. Las dificultades operativas, propias de un sector industrial signado por la desinversión, se han acentuado en 2011 con la escasez de insumos y repuestos.
Los dirigentes sindicales opositores al Gobierno atribuyen los saldos en rojo a un plan deliberado para mermar el potencial de Guayana con fines políticos. Quienes militan en el Partido Socialista Unido de Venezuela no niegan la crisis y reconocen la negligencia del antiguo Ministerio de Industrias Básicas y Minería para gestionar los recursos.
Para 2012 el futuro de las empresas no está claro: ¿Aplicarán el Programa de Transición del Plan Guayana Socialista? ¿Regresarán CVG Bauxilum y Carbonorca al Ministerio de Industrias? Son incógnitas que comparten trabajadores y dirigentes del buró oficial.
Los números para la industria del hierro, acero y aluminio no son alentadores. Los indicadores oficiales indican, en la mayoría de los casos, retrocesos que tienen como principal causa el retraso en la entrega de los recursos para la compra de insumos y repuestos.
CVG Venalum sólo ha podido incorporar 8% de sus celdas, luego de que en diciembre de 2009 desactivaron 400 de las 905 instaladas en las líneas de producción. Alcasa tiene 90 celdas menos operativas y produce a 35,46% de su capacidad en las líneas 3 y 4, de acuerdo con los informes diarios de gestión.
CVG Carbonorca ha bajado 45% su producción con respecto a 2009 y calculan que este año la fabricación de ánodos verdes llegue a 70.000 toneladas; la mitad de su diseño. CVG Bauxilum apenas tiene posibilidades de superar la producción de alúmina calcinada con relación a 2010. De 6 millones de capacidad en la extracción de bauxita, la procesadora ha usado menos de 40% de su diseño. Hasta mediados de diciembre lograron alrededor de 1.270.000 toneladas de alúmina calcinada, cerca de 60% de su potencial.
Y aunque la Siderúrgica del Orinoco tenía más posibilidades de recuperación, de acuerdo con los índices financieros, la escasez de insumos y repuestos también influyeron en la paralización constante de las áreas, así como los conflictos laborales del último trimestre.
Hasta noviembre pasado la producción acumulada fue de 2,3 millones de toneladas de acero líquido y, hasta ese mes, presentaba 60,5% del cumplimiento de la meta pautada para 2011. Sidor producirá alrededor de 60% más de acero líquido con respecto a 2010, tomando en cuenta que la acería produjo al cierre de ese año 54,9% menos que su capacidad instalada por la restricción energética.
Sin contar el bajo nivel productivo de las briqueteras estatizadas. En el caso de Orinoco Iron sólo pudo mantener operativo uno de los cuatro trenes de producción. Llegó incluso a no tener ningún tren operativo por un flujo de caja deficiente.
Saldos desfavorables Los estados financieros y los riesgos operativos han mantenido en vilo las gerencias de las empresas y a los trabajadores, cuyas preocupaciones han sido ventiladas en los medios de comunicación. La politización de las empresas, la alta conflictividad, el engorde de la nómina y la insuficiencia de repuestos e insumos han configurado una fórmula con saldos desfavorables.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Alúmina, José Luis Morocoima, señaló que la conjugación de esos elementos ha traído como consecuencia una depresión financiera cada vez más cuesta arriba.
"Uno de los elementos negativos es que en la CVG no se nombró un presidente que estuviera las 24 horas del día pendiente de la recuperación de las empresas. Al no tener atención de parte de la CVG eso produjo un estado de sobrevivencia", afirmó.
El delegado de prevención de Bauxilum en Pijiguos, Jesús Arias, dijo que el centro de la crisis está en la desmantelación de las gerencias mediante el clientelismo y la desinversión en los sistemas de producción.
El dirigente mencionó, a manera de ejemplo, que de 10 camiones roqueros sólo funciona 1 y que los tiempos de espera de gabarras se han prolongado.
"Los gerentes no han tenido la suficiente voluntad para hacer los requerimientos oportunos", agregó. Contó que los trabajadores han decidido acudir a los basureros en busca de mangueras que puedan sustituir la de las maquinarias, ese esfuerzo es parte del sacrificio del personal por su empresa.
Para otros la crisis en las empresas básicas es programada. El director laboral de CVG Venalum, Luis Vásquez, señaló que la estatal propició la escasez de coque, fluoruro y brea con el objetivo de comprar, a última hora, a un proveedor que vende por encima del precio histórico de la tonelada.
Desde los primeros días de diciembre las plantas de Molienda y Compactación, productoras de ánodos, estuvieron 20 días apagadas por la ausencia de inventario de las principales materias primas, todas importadas.
Las transnacionales Glencore y Palmat se habrían comunicado con los gerentes de Logística y Comercialización de Venalum con el fin de negociar la compra de 30.000 toneladas de coque de petróleo calcinado a cambio de 9.000 toneladas de aluminio primario, añadió.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores de Alcasa, Henry Arias, indicó que las gerencias y los trabajadores están en una encrucijada. “Pudiéramos tener la disposición de tener todas las celdas pero no tenemos la suficiente electricidad, pudiéramos tener suficiente electricidad pero no materia prima, pudiéramos tener materia prima pero no suficientes ánodos. Estamos entrampados, enredados”, expresó.
En su opinión, “el Gobierno se descuidó con estas empresas, especialmente con Alcasa” y los números lo reflejan. La Memoria y Cuenta del Ministerio de Industrias Básicas y Minería 2010 indica que Alcasa acumuló pasivos por casi 3 veces sus activos y alcanzó un nivel de endeudamiento de 245%.
La situación de las reductoras, cuya capacidad de producción ha disminuido debido a los bajos niveles de inventarios de materia prima, ha influido directamente en la producción de CVG Carbonorca.
El secretario de organización del Sindicato de Trabajadores de Carbonorca, Ramón Espino, dijo que de los 365 días del año, la estatal ha permanecido más de 200 días paralizada por escasez de coque y petróleo.
El espiral de crisis ha alcanzado a Sidor, donde la desinversión en las áreas medulares y la obsolescencia tecnológica han generado paradas obligadas en todas las plantas. Cal, refractarios, grasas, aceites y repuestos son algunos de las principales fallas en la logística de la fábrica.
Trabajadores han referido que el presidente de la acería, Carlos D’Oliveira, tiene más de mil solicitudes de órdenes de compra que no han sido gestionadas por un flujo de caja negativo.
“No me caracterizo por mentir.
Nuestras operaciones necesitan inversiones, pero hay plantas que tienen mayor criticidad que otras; con inversión se tiende a normalizar. Hay una planificación de proyectos, eso sí, para resolver paulatinamente”, declaró el presidente de Sidor en una entrevista al diario regional Correo del Caroní.
El Plan Trienal de Guayana Socialista indica que en 2011 el sector aluminio debió recibir 1,6 millardos de bolívares para acometer la primera etapa de inversión, lo que representa 20% de los recursos presupuestados para la industria. De 32 proyectos, 90% son de alta prioridad para mejorar los procesos productivos y aprovechar las capacidades instaladas de cada una de las empresas.
Los participantes de la subcomisión del Plan Guayana Socialista reconocen que ha habido un retraso en la entrega de recursos pero, en opinión del ferrominero Julio Romero, las inversiones deben ser cuidadosamente programadas para evitar que vayan a un saco sin fondo. “Hay propuestas de diversificación que han quedado estancadas producto de la burocracia, y para superarla debemos aplicar estrategias distintas”, dijo al referirse a la implementación del control obrero.
La reorganización del Ministerio de Industrias y la desaparición del Ministerio de Industrias Básicas y Minería, sin embargo, han generado incertidumbre. Después del diseño del Plan Guayana Socialista 2009-2019, en el que el Ejecutivo ocupó a cientos de trabajadores, la adscripción de empresas como Venalum y Carbonorca al Ministerio de Minas y Petróleo echan por tierra los planes de desarrollar un cordón productivo integrado en el sector hierro, acero y aluminio.
Para 2012 el Ministerio de Industrias Básicas y Minería presupuestó 2,9 millardos de bolívares, que serán deficitarios pues en el documento oficial se calcula requerir 9% más de lo solicitado de acuerdo con la Ley de Presupuesto, según reportó el diario El Nacional.
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