VenePirámides
Las palabras están en guerra con las cifras. Las palabras abundan, proliferan, marean, disimulan, engañan. Las cifras aparecen una vez, en silencio, y se escapan. Aparecen en la Gaceta Oficial porque no queda otro remedio, pero queda el consuelo de que son pocos, muy pocos, los que las leen. Las cifras desmienten las palabras. Las cifras, groseras, desenmascaran la revolución bolivariana, y presentan el feo rostro de la verdad, como expresa el editorial del diario El Nacional de ayer(por suscripción).
El suplemento Siete Días del tercer domingo de este mes hace una incursión en las cifras que maneja y disfruta el Primer Revolucionario de la República, o sea, el comandante Hugo Chávez Frías, el hombre que nos propone sacrificios por el bien y la grandeza de la patria, pero que al pueblo le ofrece el consuelo de la "cédula del buen vivir", una metáfora tan poco piadosa que no es sino una tarjeta para endeudarse por el pedazo de pan que le puedan fiar en Mercal.
La periodista Laura Helena Castillo consultó la Gaceta Oficial 394.479 del 3 de agosto de 2010, y allí abrió el baúl de los tesoros ocultos de Miraflores. ¡Las mil y una noches de la revolución! Un crédito adicional de 50 millones de bolívares para los productos de tocador, porque ya se había agotado la partida ordinaria para las compras de champú, comidas y bebidas, aguinaldos para obreros, servicios veterinarios, donaciones y otros asuntos, que figuraba en el presupuesto de 2010 y que duró sólo 7 meses en lugar de 12.
Además de los gastos de tocador, comidas o bebidas, súmese otro crédito por 28 millones para repuestos para la flota presidencial. En total, 82,5 millones de bolívares de créditos adicionales que se añaden a los 3,32 millardos del presupuesto ordinario del despacho presidencial. Vale la pena leer con detenimiento el reportaje de Siete Días. Una fiesta de millardos. Desmesura y derroche, como no lo hicieron las viejas oligarquías.
Otras investigaciones de Siete Días, como las tituladas: "Chávez maneja el dinero de 11 misiones sociales" y "El Gobierno se acostumbró a pedir prestado", completan el retrato al natural del verdadero rostro de la revolución. Un rostro sin retoques de tocador, donde las cifras oficiales desnudan las palabras. Estos son reportajes para la historia. La fuente es incuestionable: la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela. Presupuestos y créditos adicionales aprobados por la Asamblea Nacional, que la Asamblea nunca examina en su ejecución ni en su inversión.
Las misiones son como un capítulo personal. 3,32 millardos de bolívares que no aparecen como una donación del Estado sino como un regalo personal del jefe de la revolución. Son 11 misiones que se administran desde el Palacio de Miraflores. Paralelamente, el Gobierno endeuda a la república, aumenta el arsenal militar, contrae grandes compromisos con Rusia y, finalmente, logró un crédito de China por 20 millardos de dólares. Una Asamblea Nacional independiente tendría mucha tela de dónde cortar. Cifras, no palabras.
Las palabras están en guerra con las cifras. Las palabras abundan, proliferan, marean, disimulan, engañan. Las cifras aparecen una vez, en silencio, y se escapan. Aparecen en la Gaceta Oficial porque no queda otro remedio, pero queda el consuelo de que son pocos, muy pocos, los que las leen. Las cifras desmienten las palabras. Las cifras, groseras, desenmascaran la revolución bolivariana, y presentan el feo rostro de la verdad, como expresa el editorial del diario El Nacional de ayer(por suscripción).
El suplemento Siete Días del tercer domingo de este mes hace una incursión en las cifras que maneja y disfruta el Primer Revolucionario de la República, o sea, el comandante Hugo Chávez Frías, el hombre que nos propone sacrificios por el bien y la grandeza de la patria, pero que al pueblo le ofrece el consuelo de la "cédula del buen vivir", una metáfora tan poco piadosa que no es sino una tarjeta para endeudarse por el pedazo de pan que le puedan fiar en Mercal.
La periodista Laura Helena Castillo consultó la Gaceta Oficial 394.479 del 3 de agosto de 2010, y allí abrió el baúl de los tesoros ocultos de Miraflores. ¡Las mil y una noches de la revolución! Un crédito adicional de 50 millones de bolívares para los productos de tocador, porque ya se había agotado la partida ordinaria para las compras de champú, comidas y bebidas, aguinaldos para obreros, servicios veterinarios, donaciones y otros asuntos, que figuraba en el presupuesto de 2010 y que duró sólo 7 meses en lugar de 12.
Además de los gastos de tocador, comidas o bebidas, súmese otro crédito por 28 millones para repuestos para la flota presidencial. En total, 82,5 millones de bolívares de créditos adicionales que se añaden a los 3,32 millardos del presupuesto ordinario del despacho presidencial. Vale la pena leer con detenimiento el reportaje de Siete Días. Una fiesta de millardos. Desmesura y derroche, como no lo hicieron las viejas oligarquías.
Otras investigaciones de Siete Días, como las tituladas: "Chávez maneja el dinero de 11 misiones sociales" y "El Gobierno se acostumbró a pedir prestado", completan el retrato al natural del verdadero rostro de la revolución. Un rostro sin retoques de tocador, donde las cifras oficiales desnudan las palabras. Estos son reportajes para la historia. La fuente es incuestionable: la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela. Presupuestos y créditos adicionales aprobados por la Asamblea Nacional, que la Asamblea nunca examina en su ejecución ni en su inversión.
Las misiones son como un capítulo personal. 3,32 millardos de bolívares que no aparecen como una donación del Estado sino como un regalo personal del jefe de la revolución. Son 11 misiones que se administran desde el Palacio de Miraflores. Paralelamente, el Gobierno endeuda a la república, aumenta el arsenal militar, contrae grandes compromisos con Rusia y, finalmente, logró un crédito de China por 20 millardos de dólares. Una Asamblea Nacional independiente tendría mucha tela de dónde cortar. Cifras, no palabras.
Si, pero otro testigo dijo el tipo se presto unos tres mil millones de dolares a si mismo. Entonces no fue Ponzi, fue robo directo pues. Toma en cuenta que Stanford Bank decía que no prestaba y que todo estaba invertido. Y era mentira. O sea...
ResponderBorrarES ARTICULO VIEJO Y NO ES INTERESANTE,EN LA DEFENZA PARA Q LOYDS SIGA PAGANDO LOS ABOGADOS....NADA IMPORTANTE...
ResponderBorrar