jueves, 4 de noviembre de 2010

Sin desvíos, en el camino a Cuba

VenePirámides
Francisco Olivares publica un escalofriante trabajo en el diario El Universal, en el que detalla los paralelos de las destrucciones de Cuba y Venezuela. No deje de leerlo:

"Desde el pasado lunes, las oficinas de correos de Cuba y puestos que expenden la prensa, venden adicionalmente dos ediciones extraordinarias de la Gaceta Oficial con las normativas sobre la reducción de empleos en el sector estatal. Funcionarios, buhoneros y "cuentapropistas" como se les llama a quienes ejercen un oficio por cuenta propia, se han volcado en busca la gaceta que detalla los términos del nuevo plan económico que comienza a regir en Cuba, a partir del discurso que diera Raúl Castro el pasado año en el que reconociera el agotamiento del modelo económico que ha imperado durante 50 años.

El documento contiene las disposiciones dictadas por los Consejos de Estado acerca de los puestos de trabajo que deberán ser eliminados, 500 mil en una primera etapa, hasta alcanzar la cifra de un millón 500 mil. Asimismo refiere la gaceta la ampliación de los permisos de trabajo privado que serán legalizados para su libre ejercicio, pero esta vez con una nueva cultura a imponerse que es el pago de impuestos.

El ambiente en que los cubanos reciben las nuevas medidas económicas las describió el propio Fidel Castro reconociendo que en pleno siglo XXI los desempleados alcanzan el 8% de la fuerza laboral, que cerca de 1.200 pueblos en Cuba continúan en el siglo XIX sin luz eléctrica. Y que al terminar la década de los años 90, Cuba tuvo 244 días de apagones y 2.444 escuelas estaban sin servicio de electricidad.

Esto quizás recuerde los tiempos en que se inició lo que los cubanos conocen como "período especial", la crisis económica vivida durante 16 años a partir de la caída de su principal proveedor, la Unión Soviética, cuyo rol ha sido sustituido por la revolución bolivariana.

"Aquella crisis galopante de los años noventa todavía marca la memoria de los cubanos y hace temblar a la gente. Entonces los apagones llegaron a ser de 12 y 14 horas diarias, el transporte público casi desapareció, cientos de empresas cerraron y la comida escaseó hasta el punto que una epidemia de neuritis afectó a decenas de miles de personas" decía el cronista de El País de España, Manuel Vicent, en una nota publicada e junio de 2009, cuando la llamada "crisis global" manifestaba sus efectos en la vida cotidiana del cubano.

La crisis de la década de los 90 encontró un alivio en el nuevo siglo en Hugo Chávez y el proceso venezolano. En más de una ocasión Fidel y Raúl han reconocido esa alianza manifestada en expresiones como aquella de que "Venezuela y Cuba tienen un solo gobierno". Pero mientras Chávez echa mano del marxismo ortodoxo de los primeros años de la revolución cubana, el comunismo cubano busca reinventarse para no sucumbir ante el fracaso económico.

Fidel y Venezuela

Recientemente Fidel Castro en un encuentro con un grupo de comunicadores oficialistas venezolanos les manifestó tal compromiso: "Ustedes han estado apoyando a la revolución, y esa es una revolución que ha conmovido el hemisferio. Y para nosotros significó mucho en los momentos más difíciles del período especial, de donde vino una ayuda que le ahorró enormes sacrificios a nuestro pueblo que lleva casi 50 años luchando" Las palabras de Castro reconocían la labor comunicacional de los venezolanos a favor de ambas revoluciones. "Se merecen una estatua", tanto ellos como difusores de las ideas socialistas, como Hugo Chávez que ha sido un soporte económico fundamental. Sin embargo cabe resaltar que la ayuda venezolana, no ha sido suficiente para paliar la crisis estructural del modelo cubano.

Esa realidad fue reconocida por Castro cuando le confesó al periodista estadounidense Jeffrey Goldberg, de la revista The Atlantic, que "el modelo cubano ya no funciona ni para nosotros". Fidel Castro trató de enmendar lo dicho, pero aclarando más bien lo ratificó: "Es evidente que esa pregunta llevaba implícita la teoría de que Cuba exportaba la Revolución. Le respondo: "El modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros. Se lo expresé sin amargura ni preocupación".

De acuerdo a las estimaciones realizadas por el Centro de Investigaciones Económicas (CIECA) recopiladas a partir de los anuncios oficiales hechos por el Gobierno, entre marzo de 2005 y octubre de 2010, Venezuela ha destinado 34.380 mil dólares en convenios con Cuba, en los que se incluye el programa Barrio Adentro, compra de alimentos, generación eléctrica, construcción, programas agrícolas, comunicaciones etc. Como dato adicional debemos destacar que la exportación de servicios médicos de la cual Venezuela es el principal consumidor, significa para la isla 50% de lo que ingresa por las exportaciones de bienes y servicios y más del doble de lo que genera el turismo. Ello significa unos 25.000 médicos cubanos en el extranjero, la mayoría radicados en Venezuela, y otro número menor en el resto de los países del ALBA. Este servicio le genera a Cuba 6 mil millones de dólares al año.

Cincuenta años de errores

El analista de tendencia marxista, Antonio de la Meza, quien escribe en Kaosenlared, portal de tendencia marxista muy citado por Fidel, describe la situación actual de Cuba con mucha precisión: "En los años 90 el país se vio obligado a dar pasos para paliar la crisis por la caída del campo socialista. Se legalizó la tenencia de dólares, permitieron las remesas familiares y abrieron el turismo y la inversión extranjera. La gente empezó a tener dinero y con ello se deprimió el Estado benefactor y el sistema de agradecimientos, sostenes de la burocracia. La reacción oficial fue "el portazo" y el enfilamiento de las naves hacia Chávez, el nuevo sostén".

El soporte económico que ha jugado Venezuela de mano de Hugo Chávez, permitió a la dirigencia cubana restringir la apertura que fue necesaria permitir para sobrevivir durante el "período especial". Pero la situación venezolana ha estado cambiando, y es imposible que se sostenga en el tiempo el mismo ritmo de ayuda que se produjo entre 2006 y 2008. Esto lo han entendido bien los cubanos y de allí el giro económico.

Las dos revoluciones, la cubana y la venezolana, caminan en situaciones y momentos históricos distintos. Mientras la venezolana vive la radicalización ortodoxa del proceso, con masivas estatizaciones y confiscaciones de bienes, que está llevando a Venezuela a escenarios parecidos a los que vivió Cuba en los primeros años de revolución, Cuba busca desesperadamente abrirle el camino a sectores privados para sobrevivir.

Aunque por ahora es un proceso tímido, algunos analistas sostienen que esa apertura llevará al país hacia los modelos chino y vietnamita, en donde el libre mercado está sustituyendo a la economía "planificada y controlada por el Estado". De manera que son dos líneas que se cruzan en tiempos distintos: uno que se dirige hacia la cubanización del modelo y otro que trata de delastrarse de los errores de un proceso que llevó a controlar el 95% de la economía.

En Cuba a partir de 1968 se aplicó un proceso extremo de estatizaciones que llegó a confiscar hasta las pequeñas y medianas empresas. Ello se llevó a cabo como parte de una "ofensiva revolucionaria" similar a los mecanismos que hoy se están aplicando en Venezuela. En aquellos años 58.000 pequeños negocios, principalmente en las ciudades, fueron expropiados. Vendedores de helados, peluquerías, reparadores de calzado, etc. Los efectos de aquella innecesaria cacería los está sufriendo hoy la economía cubana que trata de resarcir aquellas medidas.

Aunque más lento, en un proceso similar, Venezuela ha expropiado entre 2007 y 2010, 174 industrias y 3 millones de hectáreas de tierras productivas. El resultado de esa acción es un crecimiento del sector público y la burocracia estatal, una drástica reducción de la capacidad económica y una reducción de la producción agrícola que ha obligado al Gobierno a importar rubros en los que era exportador, como arroz, café, granos, y carne de res, en tanto que se ha incrementado la importación de alimentos.

"El sector privado acumula seis trimestres de descenso mientras que el ala pública incrementa su peso en la economía, y de dominar 24,6% de la producción total de bienes y servicios (PIB) en el segundo trimestre de 2007 pasa a controlar 30% este año", resalta el periodista económico de El Universal, Víctor Salmerón. Agrega el analista: "las cifras oficiales indican que entre 2007 y 2010 el país no ha avanzado en el intento de diversificar las fuentes de ingreso y el petróleo aporta 95 de cada 100 dólares".

Regreso al capitalismo

Si algo temen algunos analistas ortodoxos y algunos sectores de la oficialidad cubana, es que estas medidas inicien una dinámica que los regrese al capitalismo. Sectores tradicionales señalan a otros de esconder esa idea y de aplaudir un camino hacia una apertura abierta similar al modelo chino.

El analista cubano, Juan Josué Solar señala que: "Este tipo de medidas, completamente legítimas e incluso necesarias para la supervivencia de una sociedad de transición al socialismo (... ) deben ser entendidas como lo que son: un retroceso obligado por las circunstancias, un mal necesario pero temporal, y nunca como una vía hacia adelante, como una alternativa de construcción de un tipo de socialismo".

Más adelante señala: "La restauración capitalista más peligrosa podría venir a caballo de un discurso dizque revolucionario (...) modernizarnos, adaptarnos a lo que hay, aceptar lo inevitable, abrirnos al mundo y al mercado con todas sus fuerzas, contradicciones y consecuencias. La guinda del pastel de semejante línea argumentativa sería la reconciliación nacional, la idea de que todos somos cubanos, que basta ya de pelearnos entre nosotros, que podemos ser capaces de construir un proyecto de país en el que quepamos todos, poniéndonos de acuerdo pacíficamente. Claro, con libertad de empresa. Esa idea es tan utópica y peligrosa que cualquier intento de contemporizar con la contrarrevolución, interna o externa, no nos dará siquiera tiempo a rectificar".

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