VenePirámides
En 2008 el Gobierno realizó la reconversión monetaria con el fin de controlar la inflación y llevarla a niveles de un dígito, y ante ese escenario alentador el Presidente, Hugo Chávez, llegó a expresar que "ahora sí viene el bolívar fuerte". Sin embargo, la moneda ya no tiene tanta fuerza, pues la alta inflación la debilitó.
Desde 2008 hasta la fecha el bolívar ha perdido 60,9% de su valor, según cálculos de Econométrica, y hoy se necesitan 2,56 bolívares para poder comprar lo que se adquiría con 1 bolívar hace tres años. Esa pérdida se materializa cuando las familias cada mes tienen que destinar una mayor cantidad de ingresos en la adquisición de los bienes esenciales.
El director de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela, José Guerra, asevera que "la inflación es la responsable del deterioro en el valor de la moneda" y asegura que la inflación por estratos sociales así lo refleja.
La información del Banco Central revela que la aceleración en los precios ha impactado en todos los grupos de la sociedad, pero ha golpeado fuertemente a los más pobres, quienes en 10 meses sufrieron una inflación de 25,9%, mientras que la media nacional fue de 22,7%.
Gran parte del presupuesto familiar se orienta a alimentos y bienes de cuidado personal y de acuerdo a los datos del instituto emisor, los alimentos y bebidas en lo que va de año han subido 27,7%, y los productos de higiene se han disparado 23,6%.
Las autoridades aseguran que en Venezuela existe uno de los salarios mínimos más altos de la región, pero también se posee una de las tasas de inflación más elevadas del mundo. Este año el Gobierno autorizó un ajuste promedio de 26% en el salario mínimo, que lo diluyó la inflación. Los efectos del alza de precios se reflejan por ejemplo en el costo de la canasta alimentaria, que de acuerdo a las cifras del Instituto Nacional de Estadística, al cierre de octubre fue 1.667 bolívares, pero el sueldo mínimo, de 1.548 bolívares, sólo cubrió el 93%.
José Guerra expresa que el deterioro de la moneda también se manifiesta en las limitaciones que existen para ahorrar. "Las tasas de interés actualmente son negativas (por debajo de la inflación) y eso desestimula el ahorro".
El economista ya ha estimado que la pérdida de capacidad de compra que han sufrido quienes tienen cuentas de ahorro y depósitos a plazo asciende a 2,6 millardos de bolívares.
Las instituciones financieras pagan una tasa anual por las captaciones de ahorro de 12,5% y por los depósitos a plazo 14,5%, mientras que la inflación acumulada está en 22,7%. Por lo tanto, asevera que "la gente pierde. El pequeño ahorrista no tiene opciones".
Las cifras de la Superintendencia de la Actividad Bancaria, correspondientes al mes de septiembre, muestran que los depósitos a plazo en un año cayeron 27%, mientras que las cuentas de ahorro subieron 30%. Esos datos además evidencian que los bancos para poder incrementar sus niveles de rentabilidad han tomado medidas para desestimular las captaciones a plazo, que son justamente las que reportan los mayores intereses a los depositantes.
La pérdida de valor de la moneda adicionalmente se refleja en la demanda por las emisiones de deuda. Cuando el Gobierno o Petróleos de Venezuela realizan colocaciones de bonos denominados en divisas la demanda por esos papeles triplica los montos de las operaciones, que suelen estar entre 3 y 4 millardos de dólares.
Analistas señalan que las personas naturales buscan esa opción, porque los papeles, además de garantizar un ahorro en otra moneda, ofrecen tasas entre 11,75 y 12,75%. Sin embargo, estas operaciones se enfrentan a cambios. El Ministerio de Planificación y Finanzas en las últimas colocaciones ha modificado la estrategia y ha disminuido las asignaciones a los más pequeños. En la emisión de bonos que efectuó la petrolera en febrero de este año los pequeños inversionistas pudieron comprar títulos hasta un máximo de 10.000 dólares; en agosto el despacho bajó el techo hasta 6.000 dólares, pero en la colocación realizada en octubre el monto se redujo hasta 1.500 dólares. Para el Ejecutivo nacional las prioridades son otras, según reportó el diario El Universal.
En 2008 el Gobierno realizó la reconversión monetaria con el fin de controlar la inflación y llevarla a niveles de un dígito, y ante ese escenario alentador el Presidente, Hugo Chávez, llegó a expresar que "ahora sí viene el bolívar fuerte". Sin embargo, la moneda ya no tiene tanta fuerza, pues la alta inflación la debilitó.
Desde 2008 hasta la fecha el bolívar ha perdido 60,9% de su valor, según cálculos de Econométrica, y hoy se necesitan 2,56 bolívares para poder comprar lo que se adquiría con 1 bolívar hace tres años. Esa pérdida se materializa cuando las familias cada mes tienen que destinar una mayor cantidad de ingresos en la adquisición de los bienes esenciales.
El director de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela, José Guerra, asevera que "la inflación es la responsable del deterioro en el valor de la moneda" y asegura que la inflación por estratos sociales así lo refleja.
La información del Banco Central revela que la aceleración en los precios ha impactado en todos los grupos de la sociedad, pero ha golpeado fuertemente a los más pobres, quienes en 10 meses sufrieron una inflación de 25,9%, mientras que la media nacional fue de 22,7%.
Gran parte del presupuesto familiar se orienta a alimentos y bienes de cuidado personal y de acuerdo a los datos del instituto emisor, los alimentos y bebidas en lo que va de año han subido 27,7%, y los productos de higiene se han disparado 23,6%.
Las autoridades aseguran que en Venezuela existe uno de los salarios mínimos más altos de la región, pero también se posee una de las tasas de inflación más elevadas del mundo. Este año el Gobierno autorizó un ajuste promedio de 26% en el salario mínimo, que lo diluyó la inflación. Los efectos del alza de precios se reflejan por ejemplo en el costo de la canasta alimentaria, que de acuerdo a las cifras del Instituto Nacional de Estadística, al cierre de octubre fue 1.667 bolívares, pero el sueldo mínimo, de 1.548 bolívares, sólo cubrió el 93%.
José Guerra expresa que el deterioro de la moneda también se manifiesta en las limitaciones que existen para ahorrar. "Las tasas de interés actualmente son negativas (por debajo de la inflación) y eso desestimula el ahorro".
El economista ya ha estimado que la pérdida de capacidad de compra que han sufrido quienes tienen cuentas de ahorro y depósitos a plazo asciende a 2,6 millardos de bolívares.
Las instituciones financieras pagan una tasa anual por las captaciones de ahorro de 12,5% y por los depósitos a plazo 14,5%, mientras que la inflación acumulada está en 22,7%. Por lo tanto, asevera que "la gente pierde. El pequeño ahorrista no tiene opciones".
Las cifras de la Superintendencia de la Actividad Bancaria, correspondientes al mes de septiembre, muestran que los depósitos a plazo en un año cayeron 27%, mientras que las cuentas de ahorro subieron 30%. Esos datos además evidencian que los bancos para poder incrementar sus niveles de rentabilidad han tomado medidas para desestimular las captaciones a plazo, que son justamente las que reportan los mayores intereses a los depositantes.
La pérdida de valor de la moneda adicionalmente se refleja en la demanda por las emisiones de deuda. Cuando el Gobierno o Petróleos de Venezuela realizan colocaciones de bonos denominados en divisas la demanda por esos papeles triplica los montos de las operaciones, que suelen estar entre 3 y 4 millardos de dólares.
Analistas señalan que las personas naturales buscan esa opción, porque los papeles, además de garantizar un ahorro en otra moneda, ofrecen tasas entre 11,75 y 12,75%. Sin embargo, estas operaciones se enfrentan a cambios. El Ministerio de Planificación y Finanzas en las últimas colocaciones ha modificado la estrategia y ha disminuido las asignaciones a los más pequeños. En la emisión de bonos que efectuó la petrolera en febrero de este año los pequeños inversionistas pudieron comprar títulos hasta un máximo de 10.000 dólares; en agosto el despacho bajó el techo hasta 6.000 dólares, pero en la colocación realizada en octubre el monto se redujo hasta 1.500 dólares. Para el Ejecutivo nacional las prioridades son otras, según reportó el diario El Universal.
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