VenePirámides
El diario El Universal reportó que la aceleración en el incremento de los precios no afecta de igual manera a todos los estratos de la sociedad. Las estadísticas del Banco Central registran que en el primer semestre de este año la capa más pobre sufrió una inflación de 18,7% mientras que la más pudiente soporta 15,4%.
En el primer semestre de 2009, los más pobres soportaron una inflación de 9,7% y la capa de mayor ingreso de 14,5%, es decir, el alza de los precios se ha sentido con mayor fuerza en los hogares más humildes.
Los alimentos absorben 45% del salario de las familias más pobres, y precisamente este es el rubro donde el avance de los precios se siente con mayor intensidad, esto explica por qué la inflación golpea principalmente al estrato de menos ingresos.
En el primer semestre de este año, el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas acumula un salto de 25,5% en Caracas versus 3,9% en el mismo período de 2009.
Solo en el primer semestre de este año los productos agrícolas se incrementan 57,5% y en los últimos doce meses el alza es de 96,9%, una magnitud que se traduce en un aumento muy importante en productos básicos para la población.
La fuerza que acelera la velocidad con que aumentan los precios proviene de una mezcla de factores que en primer término incluye una devaluación de la moneda que en enero elevó 21% el precio de los dólares para importar alimentos y medicinas.
Otro factor a tomar en cuenta es que el Gobierno ha mantenido represado el precio de una amplia gama de productos básicos y para evitar mayor escasez ha tenido que permitir ajustes, como en el caso de la leche y los quesos.
Además la producción agrícola en el país ha caído en un ambiente que no propicia la inversión.
El Banco Central de Venezuela admite que la producción de la industria de alimentos retrocede 4,5% en el primer trimestre, mientras que la inversión, en un entorno signado por controles de precios y expropiaciones, se desploma 27,9%.
El desajuste
Comúnmente el declive del consumo se traduce en menor presión inflacionaria, pero en esta oportunidad el descenso de la oferta es de tal magnitud que los precios se incrementan con mayor intensidad.
En el primer trimestre, el consumo de las familias se redujo 5,9% y sin embargo la inflación acumulada en el lapso es de 16,3% versus 10,8% en el mismo período de 2009.
Los integrantes del Consejo de Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela señalan en un documento publicado esta semana que "el comportamiento desfavorable del sector industrial con contracciones consecutivas cercanas al 10% contribuye a explicar la insuficiencia de oferta nacional de bienes y, en consecuencia, la exacerbación de las presiones inflacionarias".
"Con una tasa de inflación mayor al 30% muy probablemente Venezuela ocupará el deshonroso primer lugar en las estadísticas mundiales de inflación, una vez que Zimbabue superó la hiperinflación", afirman los académicos.
Agregan que "la verdadera dimensión del fenómeno inflacionario está encubierta por la sobrevaluación de los tipos de cambio oficiales y en los subsidios indiscriminados de las cadenas de comercialización del Estado, en la mayor parte de los casos en perjuicio de la producción nacional".
Analistas consideran que el Gobierno inyectará una mayor dosis de gasto público en el segundo semestre para tratar de reanimar la economía, que se encuentra sumergida en recesión desde el tercer trimestre de 2009.
Esta medida incentivaría el consumo en lo que resta de año, pero en medio de los problemas de oferta también se traduciría en el incremento de las presiones inflacionarias.
El diario El Universal reportó que la aceleración en el incremento de los precios no afecta de igual manera a todos los estratos de la sociedad. Las estadísticas del Banco Central registran que en el primer semestre de este año la capa más pobre sufrió una inflación de 18,7% mientras que la más pudiente soporta 15,4%.
En el primer semestre de 2009, los más pobres soportaron una inflación de 9,7% y la capa de mayor ingreso de 14,5%, es decir, el alza de los precios se ha sentido con mayor fuerza en los hogares más humildes.
Los alimentos absorben 45% del salario de las familias más pobres, y precisamente este es el rubro donde el avance de los precios se siente con mayor intensidad, esto explica por qué la inflación golpea principalmente al estrato de menos ingresos.
En el primer semestre de este año, el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas acumula un salto de 25,5% en Caracas versus 3,9% en el mismo período de 2009.
Solo en el primer semestre de este año los productos agrícolas se incrementan 57,5% y en los últimos doce meses el alza es de 96,9%, una magnitud que se traduce en un aumento muy importante en productos básicos para la población.
La fuerza que acelera la velocidad con que aumentan los precios proviene de una mezcla de factores que en primer término incluye una devaluación de la moneda que en enero elevó 21% el precio de los dólares para importar alimentos y medicinas.
Otro factor a tomar en cuenta es que el Gobierno ha mantenido represado el precio de una amplia gama de productos básicos y para evitar mayor escasez ha tenido que permitir ajustes, como en el caso de la leche y los quesos.
Además la producción agrícola en el país ha caído en un ambiente que no propicia la inversión.
El Banco Central de Venezuela admite que la producción de la industria de alimentos retrocede 4,5% en el primer trimestre, mientras que la inversión, en un entorno signado por controles de precios y expropiaciones, se desploma 27,9%.
El desajuste
Comúnmente el declive del consumo se traduce en menor presión inflacionaria, pero en esta oportunidad el descenso de la oferta es de tal magnitud que los precios se incrementan con mayor intensidad.
En el primer trimestre, el consumo de las familias se redujo 5,9% y sin embargo la inflación acumulada en el lapso es de 16,3% versus 10,8% en el mismo período de 2009.
Los integrantes del Consejo de Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela señalan en un documento publicado esta semana que "el comportamiento desfavorable del sector industrial con contracciones consecutivas cercanas al 10% contribuye a explicar la insuficiencia de oferta nacional de bienes y, en consecuencia, la exacerbación de las presiones inflacionarias".
"Con una tasa de inflación mayor al 30% muy probablemente Venezuela ocupará el deshonroso primer lugar en las estadísticas mundiales de inflación, una vez que Zimbabue superó la hiperinflación", afirman los académicos.
Agregan que "la verdadera dimensión del fenómeno inflacionario está encubierta por la sobrevaluación de los tipos de cambio oficiales y en los subsidios indiscriminados de las cadenas de comercialización del Estado, en la mayor parte de los casos en perjuicio de la producción nacional".
Analistas consideran que el Gobierno inyectará una mayor dosis de gasto público en el segundo semestre para tratar de reanimar la economía, que se encuentra sumergida en recesión desde el tercer trimestre de 2009.
Esta medida incentivaría el consumo en lo que resta de año, pero en medio de los problemas de oferta también se traduciría en el incremento de las presiones inflacionarias.
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