VenePirámides
La historia de las intervenciones bancarias en Venezuela está llena de acciones gubernamentales que se producen de manera tardía, cuando el daño es irreparable. Las intervenciones de los bancos Canarias, Confederado, Bolívar y Banpro no son una excepción a esta tradición.
De las decisiones de la Superintendencia de Bancos que acuerdan las intervenciones resulta evidente que estos bancos estaban totalmente descapitalizados y quebrados, o dicho en la jerga contemporánea, “huequeados”. En los balances de los bancos Confederado, Bolívar y Banpro se encontraron sobregiros en cuenta corriente de las empresas de Ricardo Fernández Barrueco (autocartera) por Bs. 398.400.000,00, de acuerdo a la Ley de Bancos vigente, constituyen delitos con penas privativas de libertad. Adicionalmente, se encontraron elevadísimas concentraciones de riesgo en “Certificados de participación nominativos” emitidos por Inverfactoring C.A. y en Títulos de Participación emitidos por Activos Corporativos AG, muy en exceso de los límites legales permitidos. No hace falta ser vidente para sospechar que la inmensa mayoría, si no todas las facturas que soportan estos títulos, son emitidas por las empresas de Ricardo Fernández Barrueco, lo que constituye “autocartera” disfrazada a través de la interposición de terceros y cómplices del accionista del banco (los titularizadores de facturas). Hagamos un análisis muy rápido de la situación de cada una de estas instituciones, bajo las premisas reseñadas:
Banco Confederado: Patrimonio de acuerdo a sus Estados Financieros Auditados al 30-06-09: Bs. 432.423.812,00; menos los Certificados de Participación Inverfactoring por Bs. 400.000.000,00, menos los Títulos de Participación Activos Corporativos AG por Bs. 210.000.000,00, arrojan un Patrimonio real: Bs. -177.576.188,00
Banco Bolívar: Patrimonio de acuerdo a sus Estados Financieros Auditados al 30-06-09: Bs. 394.635.109,00, menos los Certificados de Participación Inverfactoring por Bs. 400.000.000,00, menos los Títulos de Participación Activos Corporativos AG por Bs. 180.000.000,00. arrojan un Patrimonio real: Bs. -185.364.891,00
Banco Banpro: Patrimonio de acuerdo a sus Estados Financieros Auditados al 30-06-09: Bs. 224.814.640,00, menos los Certificados de Participación Inverfactoring por Bs. 400.000.000,00, menos los Títulos de Participación Activos Corporativos AG por Bs. 223.696.076,00, arrojan un Patrimonio real: Bs. -362.941.079,00
Banco Canarias: Patrimonio de acuerdo a sus Estados Financieros Auditados al 30-06-09: Bs. 668.062.838,00, menos las Reservas de cartera e inversiones faltantes por Bs. -308.133.841,00, menos ajustes a los Estados Financieros por Bs. -273.901.910,00 arrojan un Patrimonio real de Bs. 86.027.087,00. A esto hay que agregarle que el banco recibió un aumento de capital en el cuál los accionistas no han podido justificar el origen de Bs. 270.000.000,00. Si este aumento fura reversado, el patrimonio del banco sería Bs. -183.972.913,00.
En resúmen, todos estos bancos tienen patrimonios negativos y están quebrados.
Dicho esto, debemos señalar también que éstos no son los únicos bancos en estas circunstancias. Son muchos los bancos en la Clasificación de Riesgo Bancario VenePirámides que están en la categoría de “Bancos Zombies” por realizar maniobras contables y financieras similares a las detalladas anteriormente. De hecho, muchos de ellos han estado en el radar noticioso por estar en proceso de ser vendidos. Pero estos otros bancos no han cometido las ofensas capitales que se le imputan a Ricardo Fernández Barrueco: haber acumulado rápidamente inmensa riqueza y poder, y terminar por convertirse en una amenaza al caudillo. Hay quienes lo sindican inclusive de conspiración, llegando algunos a señalarlo de complotar para neutralizar al líder mesmo. Sus alianzas políticas con líderes de la Revolución no fueron suficientes para absolverlo de este crimen. Y por eso está en los calabozos de la DISIP, la policía política.
Unas autoridades responsables nunca debieron permitir que la situación de los bancos Canarias, Confederado, Bolívar y Banpro se deteriora al punto de hacerlos insalvables. Actuaron de manera correcta pero tardía. Lo grave es que la situación no es focalizada, y estas irregularidades son comunes en un sector de nuestra banca. Y como es habitual, las autoridades no harán nada hasta que sea muy tarde, o hasta que sus dueños cometan ofensas capitales como las que se le imputan en el Tribunal de los Rumores a Ricardo Fernández Barrueco.
De las decisiones de la Superintendencia de Bancos que acuerdan las intervenciones resulta evidente que estos bancos estaban totalmente descapitalizados y quebrados, o dicho en la jerga contemporánea, “huequeados”. En los balances de los bancos Confederado, Bolívar y Banpro se encontraron sobregiros en cuenta corriente de las empresas de Ricardo Fernández Barrueco (autocartera) por Bs. 398.400.000,00, de acuerdo a la Ley de Bancos vigente, constituyen delitos con penas privativas de libertad. Adicionalmente, se encontraron elevadísimas concentraciones de riesgo en “Certificados de participación nominativos” emitidos por Inverfactoring C.A. y en Títulos de Participación emitidos por Activos Corporativos AG, muy en exceso de los límites legales permitidos. No hace falta ser vidente para sospechar que la inmensa mayoría, si no todas las facturas que soportan estos títulos, son emitidas por las empresas de Ricardo Fernández Barrueco, lo que constituye “autocartera” disfrazada a través de la interposición de terceros y cómplices del accionista del banco (los titularizadores de facturas). Hagamos un análisis muy rápido de la situación de cada una de estas instituciones, bajo las premisas reseñadas:
Banco Confederado: Patrimonio de acuerdo a sus Estados Financieros Auditados al 30-06-09: Bs. 432.423.812,00; menos los Certificados de Participación Inverfactoring por Bs. 400.000.000,00, menos los Títulos de Participación Activos Corporativos AG por Bs. 210.000.000,00, arrojan un Patrimonio real: Bs. -177.576.188,00
Banco Bolívar: Patrimonio de acuerdo a sus Estados Financieros Auditados al 30-06-09: Bs. 394.635.109,00, menos los Certificados de Participación Inverfactoring por Bs. 400.000.000,00, menos los Títulos de Participación Activos Corporativos AG por Bs. 180.000.000,00. arrojan un Patrimonio real: Bs. -185.364.891,00
Banco Banpro: Patrimonio de acuerdo a sus Estados Financieros Auditados al 30-06-09: Bs. 224.814.640,00, menos los Certificados de Participación Inverfactoring por Bs. 400.000.000,00, menos los Títulos de Participación Activos Corporativos AG por Bs. 223.696.076,00, arrojan un Patrimonio real: Bs. -362.941.079,00
Banco Canarias: Patrimonio de acuerdo a sus Estados Financieros Auditados al 30-06-09: Bs. 668.062.838,00, menos las Reservas de cartera e inversiones faltantes por Bs. -308.133.841,00, menos ajustes a los Estados Financieros por Bs. -273.901.910,00 arrojan un Patrimonio real de Bs. 86.027.087,00. A esto hay que agregarle que el banco recibió un aumento de capital en el cuál los accionistas no han podido justificar el origen de Bs. 270.000.000,00. Si este aumento fura reversado, el patrimonio del banco sería Bs. -183.972.913,00.
En resúmen, todos estos bancos tienen patrimonios negativos y están quebrados.
Dicho esto, debemos señalar también que éstos no son los únicos bancos en estas circunstancias. Son muchos los bancos en la Clasificación de Riesgo Bancario VenePirámides que están en la categoría de “Bancos Zombies” por realizar maniobras contables y financieras similares a las detalladas anteriormente. De hecho, muchos de ellos han estado en el radar noticioso por estar en proceso de ser vendidos. Pero estos otros bancos no han cometido las ofensas capitales que se le imputan a Ricardo Fernández Barrueco: haber acumulado rápidamente inmensa riqueza y poder, y terminar por convertirse en una amenaza al caudillo. Hay quienes lo sindican inclusive de conspiración, llegando algunos a señalarlo de complotar para neutralizar al líder mesmo. Sus alianzas políticas con líderes de la Revolución no fueron suficientes para absolverlo de este crimen. Y por eso está en los calabozos de la DISIP, la policía política.
Unas autoridades responsables nunca debieron permitir que la situación de los bancos Canarias, Confederado, Bolívar y Banpro se deteriora al punto de hacerlos insalvables. Actuaron de manera correcta pero tardía. Lo grave es que la situación no es focalizada, y estas irregularidades son comunes en un sector de nuestra banca. Y como es habitual, las autoridades no harán nada hasta que sea muy tarde, o hasta que sus dueños cometan ofensas capitales como las que se le imputan en el Tribunal de los Rumores a Ricardo Fernández Barrueco.
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