Los Fiscales acusadores en los casos penales del fraude de Stanford International Bank y Stanford Financial Group en Houston pidieron hoy que el juicio civil relacionado, intentado por la SEC, sea diferido, argumentando que la presentación pública de las pruebas en este caso podría perjudicar a la acusación penal, reportó el Houston Chronicle.
El acusador del Departamento de Justicia, Paul Pelletier, pidió a un juez de Dallas diferir todos los procedimientos de presentación de pruebas en el juicio civil intentado por la Securities and Exchange Commission en contra de varias empresas del Grupo Stanford, “Sir” Allen Stanford, James M. Davis y Laura Pendergest Laura-Holt.
Stanford, Davis y Pendergest-Holt están acusados de conspiración y fraude en las causas penales y los fiscales sostienen que el descubrimiento de las pruebas en el caso civil podría "comprometer los derechos del gobierno y del público a un juicio imparcial en la acción penal".
En los casos penales, los acusados pueden solicitar a los testigos sostener entrevistas antes del juicio, pero no puede obligarlos a hacerlo. En los casos civiles, los acusados pueden citar a los testigos a ser interrogados bajo juramento antes del juicio. Los fiscales sostienen que la divulgación de las deposiciones de la causa civil pueden ser perjudiciales para el caso penal intentado por el gobierno.
Los abogados de Stanford y Pendergest-Holt se oponen a cualquier demora en el caso civil. "Esto está diseñado para evitar que los acusados en la causa penal puedan tener acceso completo y justo al material probatorio, incluyendo las deposiciones de testigos importantes", dijo Dick DeGuerin, abogado de Houston de Stanford.
En los casos en que el gobierno intenta causas civiles y penales contra las mismas partes es común que los fiscales soliciten que el caso civil sea diferido. La economía y la imparcialidad judicial son los argumentos comúnmente invocados.
En otro desarrollo del caso, el Juez de Distrito David Hittner negó la solicitud de “Sir” Allen Stanford de ser transferido de su actual centro de reclusión, la cárcel del Condado de Montgomery, a una instalación federal de Houston, en la cual la mayoría de los detenidos ya han sido condenados. Probablemente terminará allí “Sir” Allen, no por solicitud propia, sino cumpliendo la condena que seguramente le espera.
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