jueves, 2 de agosto de 2012

La industria venezolana muere de asfixia, y Chávez es el homicida

VenePirámides 
Las estadísticas del Banco Central de Venezuela desnudan que la industria privada camina lentamente hacia la muerte por asfixia, en especial, las empresas que elaboran alimentos y bebidas. Al contrastar la producción de los primeros cuatro meses de este año con el mismo lapso de 2011 el BCV registra una caída de 6,77% que en buena medida explica la necesidad de aumentar las importaciones a fin de evitar que crezca la escasez de productos básicos en los supermercados y abastos en momentos en que el gasto público impulsa el consumo. Como el Gobierno ha comenzado a importar directamente buena parte de los alimentos, las compras en el exterior del sector público se disparan 64% en el primer trimestre y la administración de Hugo Chávez ya realiza 35% de todas las importaciones del país. 

Las cifras revelan una recomposición importante. De acuerdo con el Banco Central entre 1997-2009 las importaciones del Gobierno representaban, en promedio, 16,3% del total, por lo tanto, ha más que duplicado su presencia a través de empresas públicas que principalmente se dedican a la compra de alimentos. En su informe correspondiente al primer trimestre del año el Banco Central precisa que "las compras públicas se acentuaron en las categorías alimentos y productos para la actividad agroindustrial, destacándose leche en polvo, azúcar, carnes de aves y bovino, arroz, maíz y café sin tostar". Analistas consideran que en el declive de la producción de alimentos incide la incertidumbre que generó el anuncio de la Ley de Costos y Precios Justos, ya que durante los primeros dos meses del año no había precisión sobre las empresas que se verían afectadas por este reforzamiento de los controles. Pero aparte de este factor puntual, empresarios afirman que se mantiene el efecto de los controles de precios, las restricciones para el acceso a las divisas y la sobrevaluación de la moneda que estimula las importaciones. 

La inflación venezolana es la más alta entre las principales economías de la región y las autoridades han decidido mantener estático el tipo de cambio oficial, lo que se traduce en que los alimentos que provienen de Brasil, Argentina, Uruguay y Colombia, son más baratos que los elaborados en el país. El resultado es un ciclo complicado donde las importaciones asfixian la producción nacional pero a su vez el Gobierno las necesita para contener la inflación en el sector de los alimentos, que resulta esencial para la calidad de vida. En promedio las familias venezolanas destinan 37,1% del ingreso mensual a la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas, de allí la decisión del Gobierno de recurrir a una política de importaciones que le permiten disminuir la velocidad con la que aumenta el precio de la comida. 

En los primeros seis meses de este año, en promedio, los alimentos y bebidas no alcohólicas acumulan un incremento de 7,6% versus 13% en el mismo período de 2011. La producción agrícola, que está muy relacionada a la agroindustria tampoco muestra buenos resultados. El Banco Central no ofrece una cifra específica para el PIB del sector agrícola ya que por su poco peso en la economía lo agrupa junto a restaurantes y hoteles bajo una categoría a la que denomina "resto". La producción del "resto", que en 70% corresponde a la agricultura, sufrió un declive de 1,2% en el primer trimestre de este año, se ubica por debajo del nivel alcanzado en 2008 y acumula 12 trimestres consecutivos en descenso. Esto ocurre a pesar de que las entidades financieras han aumentado de manera muy importante el financiamiento a los agricultores. El impacto en la producción de cada bolívar dirigido al crédito ha disminuido por la falta de asesoría técnica y tierras expropiadas que ahora producen menos o nada, según reportó el diario El Universal.

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