VenePirámides
Al llegar a Riga, capital de la Letonia soviética, lo primero que me sorprendió fue la advertencia de nuestro traductor. “No cambien rublos al tipo de cambio oficial. Yo se los compro a 16 rublos por dólar y allá se los cambiarán a 4″. Era 1990 y llevar el pelo largo simbolizaba el deseo de los jóvenes letones de independizarse de los soviéticos, algo que, para sorpresa de muchos, lograron poco tiempo después.
El Presidente (E) Nicolás Maduro declaró ayer al dólar paralelo su enemigo. Utilizando un claro lenguaje bélico, advirtió que la victoria sobre el dólar paralelo era inevitable. No pude evitar recordar mi pequeña historia cambiaria soviética: ni siquiera un régimen vigilado por la temible KGB y con una conocida historia de terror pudo vencer a la Ley de la Oferta y la Demanda. La historia de los controles de cambio es también la historia de las divisas que circulan en paralelo al mercado oficial. El dólar negro es la contracara del dólar oficial mientras no se pueda satisfacer toda la demanda de dólares de una economía bajo control de cambio.
El SICAD fue anunciado como un sistema de subasta de dólares que complementaría a CADIVI y que sustituiría al desaparecido SITME. Hoy fue la primera subasta y se asignaron, de acuerdo con el anuncio de resultados del Banco Central de Venezuela, doscientos millones de dólares a 383 empresas. Sin embargo, más que lo que dice en el anuncio, llama la atención lo que no dice: no sabemos a cuál tasa de cambio se asignaron las divisas.
Como sucede en los relatos de Sherlock Holmes, la pista de este caso está en un hecho que no ocurrió: el perro no ladró. ¿Una subasta en la que no se dice el precio de los que resultaron favorecidos? ¿Por qué no se dice públicamente el precio de las divisas asignadas a través del SITME?
Ahora sabemos que existe otro dólar oficial a un precio distinto al 6,30 de CADIVI. Sabemos también que ha ocurrido una nueva devaluación, pero, por ahora, solo podemos especular cuál es el valor de ese nuevo tipo de cambio. ¿Lo sabremos de manera oficial algún día? ¿Es la ausencia de anuncio del nuevo tipo de cambio un intento de no-comunicar la devaluación? ¿Tiene algo que ver esta decisión comunicacional con las próximas elecciones?
Las subastas pretenden resolver un problema de asimetría de información, no crearlo. Y eso es lo que ha hecho este no-anuncio. Ahora cualquiera podrá decir cualquier cosa sobre el precio de la subasta y no habrá manera de saber oficialmente cuál es el valor del dólar SICAD. ¿Ayuda la especulación informativa a disminuir las expectativas de devaluación futura? Mientras tanto, las empresas que participan en las subastas sí saben (porque lo pagan) cuánto cuesta el nuevo dólar y cómo afecta su estructura de costos.
Nadie oculta algo sin que haya alguien que se beneficie del secreto. Es posible que nunca conozcamos oficialmente el precio del nuevo dólar, pero nadie escapará de sus efectos en el mercado.
Los secretos siempre tienen consecuencias, según reportó ProDavinci.
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