jueves, 21 de marzo de 2013

Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja...que obtener dólares del SICAD

VenePirámides 
A fin de dar mayor fluidez a la entrega de dólares en momentos en que el retraso en las importaciones merma los inventarios y el índice de escasez que publica el Banco Central prácticamente continúa en 20%, el nivel más elevado desde enero de 2008, el Gobierno creó el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), pero el procedimiento luce como una carrera de obstáculos. El mecanismo sustituye al Sitme, una estructura que permitía comprar dólares a través de bonos que fue clausurado el 8 de febrero, y las autoridades señalan que desde la próxima semana las empresas podrán adquirir billetes verdes con un método "transparente, más rápido y confiable" que se basa en que periódicamente el Banco Central de Venezuela subastará divisas. 

El primer obstáculo para los empresarios es que para ir a la subasta necesitan estar inscritos en el Registro de Usuarios del Sistema de Administración de Divisas (Rusad), un requisito que no existía en el Sitme y que requiere la entrega de 16 recaudos que contemplan solvencias que emiten ministerios bastante lentos. Una vez la empresa consigna los documentos tras dos meses de espera, en el mejor de los casos, recibe el número de registro. Si durante los 60 días continuos a haber obtenido este requisito no realiza la primera importación la compañía puede ser suspendida y necesitará esperar 180 días para solicitar la reincorporación. No caer en esta situación depende de una serie de imponderables. La empresa que desea comprar, por ejemplo, una máquina que cuesta cinco millones de dólares, tendrá que esperar a que convoquen a subasta, no serán diarias y se desconoce el cronograma. Cuando esto ocurra, la empresa entrega su orden especificando lo que está dispuesta a pagar por los dólares en la entidad financiera de su preferencia para que la envíe al Banco Central donde se reúnen todas las posturas. 

Si resulta favorecida en la subasta un equipo de verificación constará que la máquina que desea comprar efectivamente vale cinco millones de dólares. Ahora la empresa tiene que pedirle a su entidad financiera que emita una carta de crédito, es decir, un certificado que le garantiza a la compañía que le va a vender la máquina de que va a cobrar a fin de que comiencen los trámites para el envío de la mercancía. Una vez la máquina llega a Venezuela un equipo del Gobierno verifica que efectivamente lo que ha arribado al puerto es lo que se solicitó importar y, solo después de este paso, el Banco Central le paga directamente al exportador. Este detalle es clave. La entidad financiera del país que emite la carta de crédito no recibe las divisas, es el Banco Central el que paga al exportador. Pero la carta de crédito tiene un plazo y al vencerse la entidad financiera tiene que desembolsar las divisas que, en teoría, luego le devolvería el Banco Central pero esto no es lo que está establecido. Tesoreros consultados explican que se trata de un problema operativo que tienen que resolver las autoridades para que el sistema pueda comenzar a funcionar. 

Otro factor a tomar en cuenta es que los bancos locales evalúan el riesgo de cada empresa, su capacidad de pago, antes de abrir la carta de crédito y exigen que coloque garantías por la cantidad de divisas que está solicitando, algo que constituye un obstáculo para la pequeña y mediana industria. Además lo engorroso del sistema impide que las multinacionales que operan en el país puedan garantizarle a sus casas matrices que retornarán las divisas que les presten para comprar insumos, una modalidad que hasta ahora había permitido mantener inventarios en niveles adecuados. 

En un reporte sobre el tema Econométrica indica que "el nuevo anuncio hará poco por contener la escasez y en particular las compañías transnacionales seguirán teniendo dificultades para cancelar los préstamos intracompañía. El Sicad luce como un mecanismo insuficiente para atender las necesidades actuales de la economía venezolana". Para las compañías que no logren obtener divisas en las subastas, no puedan superar el filtro de la carta de crédito o la inscripción en el Rusad, solo queda como alternativa el mercado paralelo donde el tipo de cambio se ha disparado y presiona al alza la inflación. En los dos primeros meses de este año la inflación ha comenzado a rebotar y acumula un salto de 5% versus 2,6% en el mismo lapso de 2012, según reportó el diario El Universal.

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