jueves, 14 de marzo de 2013

El control de precios: la bomba de tiempo que represa la inflación

VenePirámides
Los indicadores del Banco Central de Venezuela desnudan que a pesar de la aparente pérdida de fuerza en febrero, el desequilibrio que acelera el alza de los precios está intacto, tan solo represado, y la inflación seguirá impactando a los consumidores en el mediano plazo. Tras un salto de 3,3% en enero la inflación disminuyó el ritmo hasta 1,6% en febrero, pero se trata de una mejora soportada en factores estacionales como la cosecha de rubros agrícolas que permitió un descenso promedio de 7,6% en el costo de este tipo de alimentos y en la contención temporal que produce el control de precios. El núcleo inflacionario, un indicador que calcula el BCV y refleja con precisión la marcha de la inflación porque aísla los factores estacionales como el aumento circunstancial en la oferta de bienes agrícolas y el efecto temporal de los controles, registró un avance de 3,3% en febrero y en los dos primeros meses del año acumula un alza de 6,6% que duplica al avance de 2,8% registrado en el mismo lapso de 2012. La experiencia indica que a partir de mayo comienza un incremento acelerado de los productos agrícolas porque culmina el tiempo de cosecha y la posibilidad de no reconocer aumentos en los productos regulados por un período prolongado luce complicada. 

A fin de mejorar la capacidad de compra de las familias las autoridades postergaron el incremento de los productos controlados hasta después de las elecciones presidenciales del pasado 7 de octubre y, conquistado el objetivo político, el Gobierno autorizó ajustes en el costo del arroz, café y harina de maíz. Todo indicaba que continuarían los incrementos de precios pero la agenda política, signada por la gravedad y muerte de Hugo Chávez y ahora, por una nueva campaña electoral donde Nicolás Maduro buscará la permanencia en la Presidencia, obliga a postergar las decisiones económicas pero el riesgo es más escasez. Cuando el Gobierno mantiene por mucho tiempo precios artificialmente bajos la producción se afecta y la ausencia de productos básicos en los supermercados se agudiza. Las estadísticas oficiales indican que en febrero el índice de escasez se ubicó en 19,7% versus 10,8% en febrero del pasado año. Una vez se realice la próxima elección presidencial, pautada para el 14 de abril, inevitablemente habrá que afrontar el rezago en los precios de productos como queso blanco, leche pasteurizada, pollo y carne de res, entre otros alimentos que no han registrado incrementos en más de un año. 

 Otro factor a tomar en cuenta es que aún no se siente del todo el impacto de la devaluación que el pasado 9 de febrero deslizó el tipo de cambio oficial desde 4,30 bolívares hasta 6,30 bolívares. El decreto contempla que las empresas que solicitaron divisas tres meses antes del 15 de enero de este año y ya les habían sido aprobadas, recibirán estos últimos dólares a 4,30 si pertenecen a los sectores de alimentos, comercio, comunicaciones, prensa, electrodomésticos, electrónico, informático, telecomunicaciones y salud. Por lo tanto, una vez las compañías dejen de recibir estas divisas comenzará a sentirse con mayor nitidez el efecto de la devaluación en los precios, sobre todo, en un momento en que las importaciones baten récord y representan 33% de la oferta total en la economía. La eliminación del Sitme, un sistema donde las empresas que no son atendidas por Cadivi obtenían dólares legalmente a través de bonos, se traduce en que un sector importante de la economía depende del mercado paralelo donde el dólar ha alcanzado niveles récord. Analistas consideran que este año la inflación estará en torno a 30%, según reportó el diario El Universal.

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