viernes, 1 de noviembre de 2013

La realidad y los precios rebasan a Nicolás Maduro (a.k.a. "El Colombiano")

VenePirámides 
El jueves de la semana pasada el Presidente de la República, Nicolás Maduro (a.k.a. "El Colombiano"), afirmó que no eliminará el control de precios porque es necesario que exista "protección para el pueblo", no obstante, las cifras oficiales revelan que la medida es poco efectiva y las familias pagan por los productos regulados montos muy superiores a los que establece el Gobierno. Cada mes el Banco Central monitorea el precio de los alimentos, medicinas y productos de cuidado personal que están regulados y lo compara con lo que ordena la Gaceta Oficial, y el resultado es poco alentador. Al cierre de septiembre, en promedio, los precios de los productos regulados se ubican 138,4% sobre el que deberían tener de acuerdo al control. Hay más. Esta cifra se traduce en que la desobediencia a la regulación más que se duplica respecto a septiembre de 2012, mes en que el desacato fue de 57,5% en promedio. La poca eficiencia del control de precios como medida para contener la inflación no es nueva. En los doce meses de 2012 los productos regulados, en promedio, se vendieron entre 166% y 233% sobre el monto establecido por las autoridades. Si bien el Gobierno hace un esfuerzo porque se cumpla el control de precios la experiencia indica que su capacidad de fiscalización cubre a las empresas que producen y a los supermercados, pero no logra que la regulación sea acatada por bodegas, mercados municipales y buhoneros que comercializan una porción importante de los rubros básicos que consume la población. El resultado es que productos como pollo, queso, carne, leche y azúcar, en la práctica, tienen un costo muy superior al establecido por el control y en los últimos doce meses la inflación de los alimentos acumula un salto de 69,9% en medio de un severo desequilibrio entre la oferta y la demanda. Mientras se muestra inefectivo para contener la inflación, el control de precios desata una serie de efectos que potencian la escasez. La decisión del Gobierno de mantener por largo tiempo el precio de los productos controlados deriva en que un grupo importante de empresas comienza a tener problemas para cubrir sus costos o registrar una ganancia adecuada y, por tanto, disminuyen la producción. El contrabando también entra en el juego. Por contar con un precio artificialmente bajo las marcas de pañales, detergentes o cremas dentales reconocidas internacionalmente, así como alimentos básicos y medicinas están saliendo de Venezuela de forma ilegal a países como Colombia, donde son revendidos. Adicionalmente la caída de la producción en empresas estatizadas, malversación en dólares autorizados por Cadivi y retraso en los puertos al momento de descargar las importaciones, crea un entorno donde el desabastecimiento está presente en el día a día de los venezolanos. El Banco Central registra que en septiembre 16 alimentos básicos presentan severos problemas de abastecimiento en Caracas. Entre los casos más resaltantes se encuentra que en 98,8 de cada 100 establecimientos comerciales no había aceite de maíz, en 84,3 faltaba la leche completa en polvo, en 80,8 el azúcar, en 73 la harina de maíz precocida, en 64,3 la harina de trigo y en 58,4, mantequilla. En lo que va de año las autoridades han permitido incrementos en los precios de algunos productos controlados, pero no ha querido sincerar del todo el rezago en medio de la campaña electoral y por ende no obtiene mayor éxito en el propósito de disminuir la escasez. La estrategia consistirá en llevar adelante un plan de importaciones masivas que deberá concretarse durante los próximos dos meses con compras de alimentos a países como Colombia, Argentina, Uruguay y Brasil, según reportó el diario El Universal.

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