VenePirámides
Una de las características esenciales del modelo chavista-madurista es que sistemáticamente los gastos del sector público superan al ingreso, no importa el precio que adquiera el petróleo. Con el barril sobre cien dólares el déficit, de acuerdo con estimados no oficiales porque no hay cifras del Ministerio de Finanzas, ronda 15% del PIB, una magnitud sideral.
Un sistema donde el dinero público es utilizado en proporciones importantes para obtener renta política necesariamente sufre un déficit de recursos porque la base clientelar avanza velozmente mientras que los subsidios, la poca capacidad para recolectar impuestos y los descuentos a otros países en el costo del petróleo merman los ingresos.
Como la desconfianza sobre la solidez de las finanzas públicas ha crecido, Venezuela tendría que pagar una gigantesca tasa de interés para emitir bonos en dólares y financiar parte del déficit, por lo tanto, la solución ha consistido en poner al Banco Central a imprimir dinero sin respaldo, recortar las divisas al sector privado, gastar aceleradamente parte de los petrodólares colocados en fondos distintos a las reservas internacionales y endeudarse con la banca del país.
El resultado es palpable. Aceleración de la inflación, escasez y menos crecimiento.
Para el próximo año se contempla otra devaluación de la moneda a fin de obtener más bolívares por cada petrodólar, pero hasta ahora no hay medidas que apunten a un cambio de modelo, al contrario, si el piso de la economía continúa resquebrajándose y crece el temor en la administración de Nicolás Maduro (a.k.a. "El Colombiano") a una pérdida de respaldo que lleve a la pérdida del poder, lo más probable, es que se intente profundizarlo aún al costo de acentuar los desequilibrios, según reportó el diario El Universal.
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