VenePirámides
En julio el directorio del Banco Central se apresuró a cantar victoria y publicó un reporte celebrando la "desaceleración significativa" de la inflación, pero en realidad, se trató de un breve respiro y los precios han retomado el ascenso con mayor potencia.
Las estadísticas oficiales son elocuentes. En octubre Caracas sufrió una inflación de 5,6% que constituye el mayor incremento de precios para el décimo mes del año desde 1950, es decir, desde que el país dispone de cifras económicas.
Las señales de que podría estar sucediendo un punto de quiebre que constituya el preámbulo de una inflación desbocada no se limitan a este dato. Si nuevamente se toma como referencia a Caracas porque es la única manera de analizar períodos largos, surgen otros motivos de alarma.
Al cierre de octubre los precios acumulan un salto de 44,5% con lo que este año será el quinto con mayor inflación desde 1950, solo superado por 1989, cuando Carlos Andrés Pérez tuvo que aplicar un ajuste en medio del colapso del control de cambio de Recadi y 1994, 1995 y 1996, cuando Rafael Caldera sufrió el embate de la caída de los precios del petróleo, una severa crisis financiera y el hundimiento del control de cambio que administró la OTAC.
Además de tratarse de una inflación históricamente alta, el incremento de los precios ha venido acompañado con un creciente desabastecimiento de alimentos básicos y productos de cuidado personal.
En octubre el índice de escasez que publica el Banco Central se ubicó en 22,4%, una magnitud que marca el segundo mes de mayor desabastecimiento desde enero de 2005, solo superado por el registro de 24,7% de enero de 2008.
Analistas coinciden en que el desequilibrio que impulsa los precios tiene su origen en una serie de factores sobre los que el Gobierno no ha tomado ningún tipo de medida.
El gasto del sector público continúa superando con creces al ingreso y, para cubrir el déficit, el Banco Central imprime dinero a cantidades récord que al ingresar a la economía disparan la demanda hasta niveles que la divorcian por completo de la oferta.
Al mismo tiempo se mantienen controles de precios que no permiten a las empresas cubrir sus costos y por tanto la producción de distintos rubros no aumenta.
Además, las empresas estatizadas experimentan fallas de gerencia y la producción de rubros como cemento, cabillas, leche, café y azúcar desciende.
El desbalance creado por un tipo de cambio oficial artificialmente barato que dispara la solicitud de divisas y hace que colapse Cadivi sigue intacto, mientras que el dólar experimenta una escalada sin precedentes en el mercado paralelo y sirve de guía para calcular los costos de reposición de una gran cantidad de comercios.
Para contener el avance de la inflación el Presidente de la República, Nicolás Maduro, ha optado por anunciar que extenderá los controles.
"Vamos hacia un sistema de fijación de precios justos y máximos de todos los productos, en todos los establecimientos", afirmó Maduro.
Hasta el momento no ha habido decretos que aumenten la cantidad de productos con precios regulados pero de facto el Gobierno ha iniciado un reforzamiento del control con operativos comandados por militares que obligan a disminuir el precio de electrodomésticos en distintos comercios.
La medida tiene precedentes. En abril de 2012 la Superintendencia Nacional de Costos y Precios (Sundecop) rebajó el precio de 19 productos de cuidado personal, logrando una desaceleración momentánea de la inflación.
Después de las elecciones de diciembre se espera el anuncio de otras medidas, según reportó el diario El Universal.
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