Consciente de la conexión entre popularidad y gasto, Chávez dispara la inyección de dinero en medio de la campaña electoral a niveles que debilitan importantes indicadores de las finanzas del país.
Las estadísticas oficiales revelan que a pesar de que el petróleo se cotiza en el promedio cumbre de 105 dólares el barril las reservas internacionales caen al igual que los depósitos en dólares de la República, la deuda aumenta velozmente, Pdvsa necesita que el Banco Central la financie en grandes cantidades y Cadivi, en medio de la sequía de divisas, prácticamente no eleva las asignaciones.
El epicentro del temblor está en que durante los primeros ocho meses de este año el Ejecutivo abrió las compuestas del gasto y solo los desembolsos del gobierno central, después de ajustar la inflación, registran un incremento de 23% respecto al mismo lapso de 2011, un salto que ha necesitado mucho más que el ingreso petrolero y la recaudación de impuestos.
El expresidente de la Academia de Ciencias Económicas, Pedro Palma, resume que "es un gasto insaciable que inyecta recursos a mansalva y no le basta el petróleo al punto que Pdvsa tiene que ser financiada por el Banco Central, es una especie de desquiciamiento preocupante".
Para poder gastar más el Gobierno le exigió al Banco Central de Venezuela que extrajera de las reservas internacionales, es decir, del tanque de divisas que permite pagar importaciones y deuda externa, 3 mil 500 millones de dólares para alimentar al Fonden, un fondo con el que cubre gasto.
Además Pdvsa disminuyó los petrodólares que le transfiere al Banco Central para nutrir las reservas. El resultado, es que al cierre de 27 de septiembre las reservas internacionales sufren un descenso de 17% en lo que va de año.
El declive ha secado las reservas líquidas, como se conoce a los dólares en efectivo que tiene a mano el Banco Central para entregarle a las empresas que reciben la autorización de Cadivi para importar al tipo de cambio oficial.
Por lo tanto, Cadivi ha frenado las autorizaciones y a pesar del alza en el consumo la asignación de divisas para importaciones del sector privado solo aumenta 1% al contrastar los primeros ocho meses de este año con el mismo lapso de 2011.
Las empresas han advertido de la posibilidad de mayor escasez si no comienzan a importar en mayor cantidad.
Aparte de impactar las reservas, el Gobierno ha secado la caja de Pdvsa de tal forma que la compañía petrolera necesita que el Banco Central, fabricando bolívares, la financie.
La base monetaria que publica el BCV desnuda que el instituto le ha inyectado a Pdvsa 18 mil 700 millones de bolívares en lo que va de año con lo que la deuda de la petrolera con el BCV asciende a 114 millardos.
Los depósitos en divisas que la República tiene en el exterior muestran un descenso de 22% en el primer semestre y la deuda del gobierno central, según cifras del Ministerio de Finanzas, aumenta 18% en el mismo período para cerrar en 93 mil 589 millones de dólares.
Pedro Palma advierte que "todo esto está ocurriendo con el precio del petróleo a niveles récord, es decir, la dependencia que el país tiene actualmente con una variable tan volátil como el petróleo es inmensa y, ahora, se llega al extremo de vender parte de las reservas de oro, preocupa esta irresponsabilidad supina".
El Fondo Monetario Internacional reportó que en agosto el Banco Central vendió 3,7 toneladas de oro con lo que las reservas del país en este metal se ubican en 362,05 toneladas.
Si bien la venta no tiene mayor peso, de hecho, se trata de tan solo 1% de las reservas de oro podría ser el primer paso para un cambio de estrategia.
Hasta ahora el Banco Central ha renunciado a la posibilidad de vender parte de los lingotes que posee la Nación a fin de obtener dólares en efectivo y agilizar la entrega de divisas para importaciones.
Los próximos meses serán clave para evaluar si las autoridades están dispuestas a vender una porción importante de las reservas de oro para cancelar importaciones o que el Banco Central haga nuevos traspasos a los fondos del Gobierno.
Las barras de oro representan 73% de las reservas internacionales de la República y en agosto del año pasado el Gobierno decidió retirarlas de bancos europeos y traerlas al país para depositarlas en las bóvedas del Banco Central, según reportó el diario El Universal.
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