VenePirámides
El grupo de entidades financieras del Estado, compuesto por los bancos Venezuela, Bicentenario, Industrial, Agrícola y Tesoro se ha convertido en una importante fuente de financiamiento para el Gobierno.
Las estadísticas oficiales precisan que los bonos y letras que estos bancos han comprado al Ministerio de Finanzas suman al cierre de julio de este año 62 mil 347 millones de bolívares, magnitud que representa un salto de 53% respecto a julio del año pasado.
Inmerso en un plan de expansión del gasto público que supera lo que recauda a través de impuestos y la renta petrolera el Gobierno recurre al endeudamiento en bolívares para cuadrar las cuentas.
Un reporte de Bank of America precisa que después de limpiar el efecto de la inflación y excluyendo los desembolsos por pagos de deuda, el gasto del Gobierno registra un alza de 29,5% al contrastar los primeros ocho meses de este año con el mismo lapso de 2011.
Agrega el análisis de Bank of America que la mayor parte del gasto, como ya es tradicional en las campañas electorales venezolanas, se dirige a pagos de salarios y transferencias a empresas del Estado.
Aparte del endeudamiento el alza del gasto público se alimenta del retiro de dólares que, según afirma el Banco Central, el Gobierno tiene colocados en el exterior.
La balanza de pagos indica que entre el primer trimestre y el segundo trimestre de este año los depósitos en el extranjero descienden 9 mil 148 millones de dólares desde 40 mil 819 millones de dólares hasta 31 mil 671 millones de dólares.
Ecoanalítica considera que el declive de los fondos colocados en estas cuentas es una mala señal. "En una economía como la venezolana, donde la vulnerabilidad ante el precio petrolero y el crecimiento acelerado de la deuda externa están a la orden del día, el saldo de esta cuenta es de particular atención para analistas, empresarios y el propio Gobierno".
Añade que "en este sentido, es importante recordar que el Ejecutivo nacional utiliza estos recursos como una especie de fondo de emergencia" y por tanto la caída es un signo de debilidad para enfrentar fluctuaciones en el ingreso petrolero.
Teóricamente una de las principales ventajas de que el Estado sea propietario de entidades financieras es que puede impulsar proyectos en áreas que permiten alcanzar la diversificación de la economía e incrementar el acceso de la población al crédito, pero este no es el caso de Venezuela.
La Superintendencia de Bancos precisa que en promedio, al cierre de julio, las entidades financieras privadas destinan al crédito 62,14 bolívares de cada 100 captados en depósitos, mientras que en las entidades financieras del Estado solo se presta 38,7 de cada 100.
Entre los bancos públicos el que menos se enfoca al crédito es el Industrial, que solo presta 7,97 de cada 100 bolívares que tiene en depósitos, mientras que el Bicentenario dirige 18 y el Venezuela 52,5.
Otro elemento a considerar en la banca pública es la calidad de los préstamos. En promedio el sistema financiero tiene problemas para recuperar un bolívar de cada 100 que ha otorgado en créditos pero en el Banco Industrial de Venezuela hay inconvenientes para recuperar 15 de cada 100 bolívares y en el Banco Agrícola 14,39, según reportó el diario El Universal.
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