jueves, 19 de febrero de 2009

El Decálogo del inversionista


Luego de acusar el golpe de Madoff o de Stanford, o de ambos si realmente no hizo su tarea, o conocer a un familiar o amigo que los haya recibido, se impone un momento de reflexión y autocrítica. Qué no hicimos, o qué hicimos mal? La respuesta sencilla es que en las inversiones, como en las demás cosas de la vida, hay que actuar con prudencia y metodología. Les proponemos el siguiente método, o "check-list", para evitar ser la próxima víctima:

1.-Diversifique sus inversiones: La primera regla de todo inversionista es la diversificación, tanto de las inversiones que realiza como de las instituciones financieras con las que trabaja. La necesidad de la diversificación es evidente: si lo invierte todo en un mismo título o en un mismo banco, y el emisor o el banco quiebra, usted lo perderá todo. En consecuencia, se impone tener un portafolio diversificado, tanto en los títulos en los que invierte como de sus custodios y administradores. Como regla básica, se deben tener no menos de dos instituciones financieras y no más del 10% de su cartera invertida en un mismo título o emisor.

2.-Titularidad y Custodia: Siempre es preferible tener los activos directamente a su nombre o de su empresa y no bajo custodia a través de un intermediario. También es deseable una separación entre el administrador y la custodia. Tómese unos momentos para entender quien maneja su dinero, donde se están custodiando sus inversiones y si existe alguna garantía contra fraude que las proteja.

3.-Entienda sus inversiones: Si no lo entiende, no invierta en él. Las finanzas son más sencillas de lo que los especialistas pretenden que sean. Los instrumentos complejos son para inversores profesionales que pueden entenderlos y soportar la volatilidad de los mercados actuales.

4.-A más riesgo más "potencial" de rendimiento: Este es un axioma central del mundo de las inversiones. Si usted no tolera el riesgo, tendrá que conformarse con un rendimiento menor. Si quiere mayores rendimientos, tendrá que aceptar mayores riesgos y volatilidad, lo que no necesariamente es garantía de mayores retornos.

5.-Sea inquisitivo con sus inversiones: Si le ofrecen un rendimiento que no está correlacionado con el supuesto nivel de riesgo, sea escéptico. Algo no huele bien. Las instituciones financieras no pagan "mejores" rendimientos a sus amigos o clientes especiales, o a "clubes" de clientes. El dinero no tiene amigos.

6.-El nivel de riesgo debe ser acorde a su perfil como inversionista: entienda cuál es su perfil como inversionista, en qué etapa de su vida se encuentra. Un joven, con su vida laboral por delante puede asumir muchos riesgos; si lo pierde todo puede empezar de nuevo. Por el contrario, una persona retirada, que sólo cuenta con sus ahorros, no puede especular, debe conformarse con una renta con riesgos reducidos.

7.-No se deje llevar por las apariencias: Téngale miedo a la publicidad llena de frases vacías e ilustraciones con modelos despampanantes pero carente de cifras y estadísticas verificables. El dinero de su banco está mejor invertido en activos financieros que en lujosas oficinas, comedores y aviones ejecutivos.


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