VenePirámides
El índice Big Mac elaborado por The Economist coloca a la moneda venezolana como la más sobrevaluada del mundo respecto al dólar, lo que constituye una muestra del desequilibrio que tiene la economía.
El índice Big Mac se basa en la Teoría de la Paridad del Poder Adquisitivo que básicamente indica que el tipo de cambio entre dos monedas está en equilibrio cuando el precio de un mismo producto es igual en los dos países.
El índice considera que el Big Mac, elaborado por Mc Donalds, es un producto representativo para detectar si las monedas están sobrevaluadas o subvaluadas porque tiene las mismas características en prácticamente todos los países.
Así, el índice funciona calculando el tipo de cambio que haría que un Big Mac cueste lo mismo en cada país.
Veamos la diferencia entre el bolívar y el rublo ruso. Al tipo de cambio actual un Big Mac, que cuesta 4,33 dólares en Estados Unidos, tiene un precio de 2,29 dólares en Rusia mientras que en Venezuela vale 7,92 dólares, es decir, en Rusia el dólar compra más hamburguesas, lo que indica que el rublo es barato, mientras que en Venezuela compra menos, indicando que el bolívar es caro o sobrevaluado.
La moneda venezolana, de acuerdo con el índice, tiene una sobrevaluación de 83% al cierre de julio de este año, o lo que es lo mismo, debería valer 7,83 Bolívares Fuertes.
Una moneda sobrevaluada se traduce en que las exportaciones pierden mercado porque los productos que se elaboran en Venezuela son caros para el resto del mundo, mientras que las importaciones aumentan porque son baratas.
Este desajuste se origina por una política donde el tipo de cambio oficial se ha mantenido en 4,30 bolívares por dólar mientras que la inflación venezolana es de las más elevadas del mundo.
El resultado es que los costos de quien produce en Venezuela aumentan mucho más de lo que ocurre en otros países, proceso que es claro al observar el Mercosur.
Al cierre de abril de este año la inflación acumulada en doce meses era de 23% en Venezuela mientras que en el resto de los integrantes del Mercosur la variación es mucho menor: Paraguay 3,3%, Brasil 5,1%, Uruguay 8% y Argentina 9,8%.
Esta disparidad en el avance de los precios se traduce en que para un empresario venezolano es más costoso producir y sus productos son poco competitivos en el Mercosur, mientras que los alimentos que se compran a Brasil, Argentina o Uruguay son más baratos que los elaborados en el país.
El Gobierno se vale de este desajuste para contener la inflación importando masivamente y en el primer trimestre de este año las compras del sector público en el exterior, principalmente de alimentos, registran un salto de 64%.
Gracias a las importaciones, en los primeros seis meses de este año, en promedio, los alimentos y bebidas no alcohólicas acumulan un incremento de 7,6% versus 13% en el mismo período de 2011.
Si bien se ha desacelerado, Venezuela sigue teniendo la mayor inflación de alimentos en la región y cuando se devalúe la moneda se verá en toda su magnitud el desequilibrio, según reportó el diario El Universal.
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