VenePirámides
Para activar la economía y dejar atrás la recesión el Gobierno recurre a una dosis mayor de gasto público. El problema es que el aumento del dinero en circulación también alimenta la inflación.
Entre junio y agosto la cantidad de monedas y billetes en la economía registra un alza de 11,6% que ha incidido en la aceleración de los precios, que en agosto se situó en 2,2% y en los últimos ocho meses acumula un salto de 18,6%. Analistas resaltan que la inyección de gasto público aumenta la demanda en momentos en que la oferta no está en condiciones de responder rápidamente, creándose una mezcla que deriva en alta inflación.
La producción de la industria manufacturera en el primer semestre es 6,8% menor a la alcanzada en 2008, mientras que el sector agrícola se mantiene estancado, de acuerdo con las estadísticas del Banco Central. El Gobierno recurre a las importaciones para suplir al mercado pero a pesar de que ya viene aplicando esta estrategia desde principios de año, los problemas en la producción nacional han generado escasez de productos básicos, aun en medio de una liquidez que hasta el cierre de mayo creció moderadamente.
El incremento de los bolívares en circulación también aumentará la demanda de dólares en el Sitme, sobre todo, durante el último trimestre. Tesoreros de bancos estiman que la oferta diaria en el Sitme podría aumentar hasta 40 millones y la demanda ya se ubica en torno a 70 millones.
El incremento estelar de los precios del petróleo abre las puertas para que el Gobierno de Hugo Chávez recurra nuevamente a la estrategia de mantener anclado el precio del dólar a pesar de la alta inflación, una receta que en el pasado ha creado desajustes importantes.
La historia reciente es ilustrativa. Entre 2005 y 2009, gracias al elevado ingreso de divisas, el Gobierno mantuvo estático el precio del dólar en 2,15 bolívares sin reparar en que el país sufrió la mayor inflación de América Latina y, finalmente, en 2010 tuvo que recurrir a una profunda devaluación que disparó el tipo de cambio hasta 4,30 bolívares.
Técnicamente la combinación de tipo de cambio estático con alta inflación deriva en que la moneda pasa a estar sobrevaluada, un desequilibrio donde los productos importados son más baratos que los elaborados en el país y por tanto las compras del país en el exterior se disparan. Con el tiempo el desequilibrio se torna insostenible, la alta demanda de divisas es imposible de satisfacer y el Gobierno no tiene más alternativa que devaluar la moneda. Lo previsible es que prive la agenda política y el gabinete económico postergue los ajustes a la espera de la elección presidencial de 2012.
La moneda alcanzaría elevados grados de sobrevaluación. En un informe fechado el 8 de febrero Barclays Capital señala que el bolívar, aun después de la última devaluación, mantiene una sobrevaluación de 32%, es decir, el tipo de cambio de equilibrio es de 6,3 bolívares por dólar, según reportó el diario El Universal.
Para activar la economía y dejar atrás la recesión el Gobierno recurre a una dosis mayor de gasto público. El problema es que el aumento del dinero en circulación también alimenta la inflación.
Entre junio y agosto la cantidad de monedas y billetes en la economía registra un alza de 11,6% que ha incidido en la aceleración de los precios, que en agosto se situó en 2,2% y en los últimos ocho meses acumula un salto de 18,6%. Analistas resaltan que la inyección de gasto público aumenta la demanda en momentos en que la oferta no está en condiciones de responder rápidamente, creándose una mezcla que deriva en alta inflación.
La producción de la industria manufacturera en el primer semestre es 6,8% menor a la alcanzada en 2008, mientras que el sector agrícola se mantiene estancado, de acuerdo con las estadísticas del Banco Central. El Gobierno recurre a las importaciones para suplir al mercado pero a pesar de que ya viene aplicando esta estrategia desde principios de año, los problemas en la producción nacional han generado escasez de productos básicos, aun en medio de una liquidez que hasta el cierre de mayo creció moderadamente.
El incremento de los bolívares en circulación también aumentará la demanda de dólares en el Sitme, sobre todo, durante el último trimestre. Tesoreros de bancos estiman que la oferta diaria en el Sitme podría aumentar hasta 40 millones y la demanda ya se ubica en torno a 70 millones.
El incremento estelar de los precios del petróleo abre las puertas para que el Gobierno de Hugo Chávez recurra nuevamente a la estrategia de mantener anclado el precio del dólar a pesar de la alta inflación, una receta que en el pasado ha creado desajustes importantes.
La historia reciente es ilustrativa. Entre 2005 y 2009, gracias al elevado ingreso de divisas, el Gobierno mantuvo estático el precio del dólar en 2,15 bolívares sin reparar en que el país sufrió la mayor inflación de América Latina y, finalmente, en 2010 tuvo que recurrir a una profunda devaluación que disparó el tipo de cambio hasta 4,30 bolívares.
Técnicamente la combinación de tipo de cambio estático con alta inflación deriva en que la moneda pasa a estar sobrevaluada, un desequilibrio donde los productos importados son más baratos que los elaborados en el país y por tanto las compras del país en el exterior se disparan. Con el tiempo el desequilibrio se torna insostenible, la alta demanda de divisas es imposible de satisfacer y el Gobierno no tiene más alternativa que devaluar la moneda. Lo previsible es que prive la agenda política y el gabinete económico postergue los ajustes a la espera de la elección presidencial de 2012.
La moneda alcanzaría elevados grados de sobrevaluación. En un informe fechado el 8 de febrero Barclays Capital señala que el bolívar, aun después de la última devaluación, mantiene una sobrevaluación de 32%, es decir, el tipo de cambio de equilibrio es de 6,3 bolívares por dólar, según reportó el diario El Universal.
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