VenePirámides
En el círculo vicioso donde la inflación supera con creces a la tasa de interés que la banca paga a los depositantes, las familias que ahorran registran pérdidas mientras el Gobierno y las empresas se benefician con créditos baratos.
Quienes depositan su dinero en los bancos reciben en intereses una cantidad que no compensa el incremento de los precios, por lo tanto, en la realidad pierden capacidad de compra bajo la ilusión de ahorrar para el futuro.
Las entidades financieras pagan una tasa anual de 12,5% a las cuentas de ahorro y 14,5% a los depósitos a plazo mientras que sólo en los primeros seis meses de este año la inflación ya acumula un salto de 18,6%.
José Guerra, director de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela, precisa que en lo que va de año la pérdida de capacidad de compra que han sufrido quienes tienen cuentas de ahorro y depósitos a plazo asciende a 2 mil 685 millones de bolívares, una magnitud que representa 624 millones de dólares al tipo de cambio oficial.
"Este monto ya supera el del año pasado porque el dinero colocado en la banca ha aumentado" dice José Guerra y añade que en 2010 por cada 100 bolívares colocados en cuentas de ahorro los depositantes perdieron 11,5 mientras que en el caso de los depósitos a plazo la pérdida desciende ligeramente hasta 9,8.
Para observar la magnitud de la pérdida en capacidad de compra desde una dimensión más general, José Guerra precisa que en 2010 el monto representó 2,5% del PIB.
Como los depositantes reciben tasas de interés que no cubren la inflación los bancos pueden prestarle barato al Gobierno y las empresas.
El financiamiento al Gobierno se produce mediante la compra de bonos y letras del tesoro, mientras que las empresas obtienen la mitad de los créditos que otorga la banca a tasas de interés por debajo de la inflación, si se desempeñan en las áreas consideradas estratégicas como agrícola, turismo, construcción de viviendas o manufactura.
Para asegurar la rentabilidad, en un entorno donde una porción importante de los créditos se otorga a tasas de interés preferenciales, las instituciones han tomado medidas para desestimular las captaciones a plazo y así disminuir aún más el monto que cancelan a los depositantes.
Entre agosto de 2009 y agosto de este año el monto de los depósitos a plazo registra un severo descenso de 67% desde 39 mil 909 millones de bolívares hasta 13 mil 168 millones en agosto de este año.
El resultado es que la proporción de los depósitos a plazo desciende desde 14% del total de las captaciones a tan solo 3%, el nivel más bajo desde 1986.
Para huir de una economía donde cada año la inflación consume el ahorro, históricamente los venezolanos han optado por comprar dólares pero en mayo del año pasado el Gobierno cerró la última ventana.
Hasta ese momento quien vendía el apartamento, un carro o necesitaba ahorrar en una moneda más estable acudía a una casa de bolsa y compraba con bolívares un bono en divisas que luego revendía en el exterior para obtener dólares.
Tras el cierre de las casas de bolsa y la eliminación de este mecanismo la única alternativa legal son las esporádicas emisiones de bonos en dólares que hace el Gobierno, donde la demanda supera abiertamente a la oferta, según reportó el diario El Universal.
En el círculo vicioso donde la inflación supera con creces a la tasa de interés que la banca paga a los depositantes, las familias que ahorran registran pérdidas mientras el Gobierno y las empresas se benefician con créditos baratos.
Quienes depositan su dinero en los bancos reciben en intereses una cantidad que no compensa el incremento de los precios, por lo tanto, en la realidad pierden capacidad de compra bajo la ilusión de ahorrar para el futuro.
Las entidades financieras pagan una tasa anual de 12,5% a las cuentas de ahorro y 14,5% a los depósitos a plazo mientras que sólo en los primeros seis meses de este año la inflación ya acumula un salto de 18,6%.
José Guerra, director de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela, precisa que en lo que va de año la pérdida de capacidad de compra que han sufrido quienes tienen cuentas de ahorro y depósitos a plazo asciende a 2 mil 685 millones de bolívares, una magnitud que representa 624 millones de dólares al tipo de cambio oficial.
"Este monto ya supera el del año pasado porque el dinero colocado en la banca ha aumentado" dice José Guerra y añade que en 2010 por cada 100 bolívares colocados en cuentas de ahorro los depositantes perdieron 11,5 mientras que en el caso de los depósitos a plazo la pérdida desciende ligeramente hasta 9,8.
Para observar la magnitud de la pérdida en capacidad de compra desde una dimensión más general, José Guerra precisa que en 2010 el monto representó 2,5% del PIB.
Como los depositantes reciben tasas de interés que no cubren la inflación los bancos pueden prestarle barato al Gobierno y las empresas.
El financiamiento al Gobierno se produce mediante la compra de bonos y letras del tesoro, mientras que las empresas obtienen la mitad de los créditos que otorga la banca a tasas de interés por debajo de la inflación, si se desempeñan en las áreas consideradas estratégicas como agrícola, turismo, construcción de viviendas o manufactura.
Para asegurar la rentabilidad, en un entorno donde una porción importante de los créditos se otorga a tasas de interés preferenciales, las instituciones han tomado medidas para desestimular las captaciones a plazo y así disminuir aún más el monto que cancelan a los depositantes.
Entre agosto de 2009 y agosto de este año el monto de los depósitos a plazo registra un severo descenso de 67% desde 39 mil 909 millones de bolívares hasta 13 mil 168 millones en agosto de este año.
El resultado es que la proporción de los depósitos a plazo desciende desde 14% del total de las captaciones a tan solo 3%, el nivel más bajo desde 1986.
Para huir de una economía donde cada año la inflación consume el ahorro, históricamente los venezolanos han optado por comprar dólares pero en mayo del año pasado el Gobierno cerró la última ventana.
Hasta ese momento quien vendía el apartamento, un carro o necesitaba ahorrar en una moneda más estable acudía a una casa de bolsa y compraba con bolívares un bono en divisas que luego revendía en el exterior para obtener dólares.
Tras el cierre de las casas de bolsa y la eliminación de este mecanismo la única alternativa legal son las esporádicas emisiones de bonos en dólares que hace el Gobierno, donde la demanda supera abiertamente a la oferta, según reportó el diario El Universal.
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