viernes, 19 de febrero de 2010

La Gran Pirámide Eléctrica a punto de colapsar

VenePirámides
El Nuevo Herald reporta que en medio de la peor crisis eléctrica en la historia de Venezuela, los funcionarios chavistas están echando mano a toda clase de medidas para evitar una debacle, incluyendo un inesperado recurso: los salmos del Antiguo Testamento y sesiones de oración colectiva.

La inusitada decisión de convocar a una ceremonia de "Clamor a Dios por el Sector Eléctrico Nacional'', en una carta del 4 de febrero firmada por Igor Gavidia León, presidente de la estatal Electrificación del Caroní (Edelca), una de las mayores proveedoras de electricidad del país, sorprendió a trabajadores y empleados, e ilustró el drama que está causando la crisis en sectores gubernamentales.

La carta de Gavidia invitó a una hora de plegarias el pasado viernes en la sede de Edelca en Puerto Ordaz, en el sur del país, bajo la creencia de que "se cumplirá lo que el Señor ha establecido en su palabra para nuestra Empresa''.

Pero el gobierno necesitará mucho más que clamores divinos para encarar una potencial catástrofe energética.

La política de racionamientos e incentivos para ahorrar energía podría hacer muy poco a fin de evitar un colapso que sumiría al país en un inédito escenario de masivos apagones en pocos meses.

Según coinciden expertos tanto gubernamentales como opositores e independientes, tan pronto como en la segunda semana de mayo Venezuela podría ver desconectada de un día para otro más del 40 por ciento de su energía eléctrica, cuando ya no llegue suficiente agua para mover las turbinas del complejo hidroeléctrico de Guri, el mayor del país.

La persistente sequía en el sur del país está reduciendo el nivel del embalse Guri a razón de 12 centímetros por día. Las turbinas del complejo se detendrán cuando el nivel de la represa baje de la cota crítica de 240 metros sobre el nivel del mar, y podrían permanecer detenidas por meses, advirtieron especialistas e informes oficiales.

"Nunca antes habíamos visto una situación tan degradada, tan arruinada del sector eléctrico'', dijo a El Nuevo Herald Víctor Poleo, académico de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y director del Ministerio de Energía entre 1999 y el 2001. "Y lo peor es que el gobierno no tiene idea del desastre que va a ocurrir aquí''.

Los efectos de la sequía son tan graves que podría tomar hasta un año recuperar los niveles de funcionamiento de Guri, debido a los fuertes veranos que se pronostican para este y el próximo año, aseguró Poleo.

La estatal Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), no ahorró dramatismo para definir lo que sobrevendrá a mediados de año en un reporte de diciembre: "Estaríamos enfrentando una severa crisis energética en 120 días, llevándonos a un colapso eléctrico nacional''.

El tema del recorte eléctrico está causando un duro impacto político para el gobierno del presidente Hugo Chávez, y está definiendo la agenda política de un chavismo preocupado por los efectos en las elecciones parlamentarias de septiembre.

Según una encuesta de la firma Datos dada a conocer a fines de enero, 70 por ciento de los venezolanos está en contra de las medidas de racionamiento eléctrico.

Según Joseph Saade, presidente de Datos, tres de cada cuatro venezolanos se sienten afectados por el racionamiento, mientras que apenas 19 por ciento asegura que el problema eléctrico "le afecta poco''.

El drama de la coyuntura energética quedó plasmado esta semana en las súplicas de Gavidia, bajo cuya jurisdicción está el complejo hidroeléctrico de Guri.

"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado y oraren y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra (2 Crónica 7:14)'', indicó la circular oficial citando el texto bíblico.

La emergencia ha obligado al gobierno a ordenar cronogramas de recortes en todo el país, y un programa de compras masivas de plantas eléctricas en el mercado internacional para enfrentar apagones masivos en las principales ciudades.

El decreto de emergencia que se publicó en Gaceta Oficial el pasado lunes 8, autorizó al ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez Araque, a dictar por vía de excepción ‘‘medidas especialísimas'' que éste "considere pertinentes'' para garantizar el suministro eléctrico.

Los recortes resultaron tan impopulares en la capital venezolana cuando entraron en vigencia el 12 de enero, que el gobierno los suspendió de inmediato, por temor a incrementar las tensiones sociales.

Chávez anunció además un plan de cooperación con países como Cuba, Argentina, Brasil y Rusia, cuyos técnicos asistirán a Venezuela en la recuperación de su infraestructura eléctrica.

En otra medida polémica, el pasado 4 de febrero Chávez anunció la llegada a Venezuela del comandante cubano Ramiro Valdés, vicepresidente del Consejo de Estado de Cuba, que vino oficialmente al frente de una comisión de expertos eléctricos.

La visita de Valdés a Caracas generó numerosas expresiones de rechazo y críticas, principalmente por un pasado vinculado a la represión en Cuba, y por falta de experiencia en temas eléctricos.

"No se mueve a un tipo como Valdés para que venga a explicarnos como racionar la luz. Para eso es suficiente con mandar ingenieros eléctricos cubanos, comunes y corrientes, verdaderos expertos en apagar la luz'', ironizó en un editorial del pasado 8 de febrero Teodoro Petkoff, director del diario Tal Cual, de Caracas.

Los críticos también pusieron de relieve la baja eficacia de los aportes cubanos a la generación eléctrica en Venezuela.

Entre el 2008 y el 2009, técnicos cubanos instalaron unas 30 plantas eléctricas en diversas zonas del país, que suministran un total de 419 MW, según un informe del Centro Nacional de Gestión (CNG), de fines del 2009.

Pero se trata de plantas eléctricas de vieja tecnología y de poca duración, que ‘‘operan con altos costos porque queman mucho gasoil'', dijo Miguel Lara, ex gerente de la Oficina de Operación de Sistemas Interconectados (Opsis), que controla la red eléctrica nacional.

Lara indicó que a través de este intercambio Cuba vende las plantas que adquiere en otros mercados, y con estas operaciones se mantiene una triangulación con Venezuela.

Echando mano a todas las opciones posibles, el gobierno también anunció que destinará $4,000 millones para comprar plantas eléctricas que funcionan a base de diésel, y operan sobre barcazas móviles, para añadir 2,000 megavatios (MW) de energía al llamado Sistema Interconectado Nacional.

En la actualidad, el déficit energético asciende a unos 4,000 MW, sin contar el déficit que se añadiría si se paraliza Guri. En total, la demanda energética del país es de unos 17,000 MW.

Chávez también emitió un decreto esta semana que introdujo incentivos al ahorro y castigos al consumo excesivo de energía, en un esfuerzo por alejar el espectro de la debacle eléctrica.

Pero la forma cómo hizo el anuncio del decreto, en la medianoche del pasado lunes 8, levantó polvareda.

"No puede ser que un decreto sobre la luz eléctrica, un tema tan importante, que afecta la calidad de vida de todos, se dicte a altas horas de la noche. ¿A qué le teme el presidente? ¿Por qué hacerlo a escondidas?", cuestionó en un comunicado Aixa López, representante del grupo Usuarios Afectados por los Apagones, en un comunicado.

Hasta ahora, aunque el gobierno ha admitido retrasos e ineficacias en el manejo oficial del sistema eléctrico, ha explicado que no es el único a responsabilizar, y que también hay otros "culpables'': los desórdenes climáticos, los gobiernos anteriores a Chávez, y hasta "el imperialismo yanqui''.

"Que ha habido algunos retardos en algunas obras, sí es verdad. Que hubo un manejo ineficiente en algunos espacios, sí es verdad. Pero la causa única del racionamiento eléctrico es la sequía'', dijo Chávez durante su mensaje anual ante la Asamblea Nacional, el pasado 2 de febrero.

Recientemente Chávez también culpó a las sequías supuestamente producidas por el fenómeno climático de El Niño, un choque de corrientes submarinas en la costa pacífica de América del Sur que se produce cíclicamente, y trastorna el clima continental.

Chávez también ha responsabilizado de la crisis a "los escuálidos'', un epíteto despectivo que usa para definir a la oposición.

"Si alguien tiene la culpa de la crisis eléctrica son los escuálidos, que gobernaron 50 años y no hicieron nada para que el país tuviera estructuras adecuadas para el tema eléctrico'', dijo Chávez durante una cadena nacional a mediados de enero.

Agregó que los escuálidos "no son sino una ficha del imperio yanqui'', que "los mueve a su antojo y los maneja en el discurso'' y les ordena: "Ataquen por ese lado'' [el de la crisis eléctrica].

Sin embargo, de acuerdo con un creciente consenso entre expertos e informes oficiales consultados por El Nuevo Herald, las causas reales de la crisis eléctrica tienen razones muy distintas: ausencia de inversiones, falta de mantenimiento y la deforestación ambiental descontrolada en las cuencas que alimentan los complejos hidroeléctricos como Guri.

"El fenómeno de El Niño lo que genera es lluvia, no sequía'', dijo el ecologista Leobardo Acurero, investigador del Centro de Investigación e Información Ecológica (CINECO), con sede en Barquisimeto, en el estado centroccidental de Lara.

Acurero expuso a El Nuevo Herald que la sequía que afecta al Guri se debe en buena medida a la tala indiscriminada causada por la pequeña minería en el sur del país, una actividad promovida y protegida por el gobierno.

"Esta destrucción ecológica sobre todo por la minería que nadie había querido detener, aunque fue previamente señalada, es la genuina causa de esa nefasta y gradual tendencia de poner en peligro la energía eléctrica de todo el país'', aseguró Acurero.

Según Fernando Branger, investigador del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), a pesar de que desde el 2000 se había proyectado un aumento del consumo eléctrico por razones de crecimiento demográfico, "no se dieron los pasos para garantizar el incremento en el suministro''.

Branger indicó que los planes de inversión proyectados se han ejecutado en menos del 50 por ciento, y dijo que no hay razones para pensar que la eficacia oficial haya mejorado.

Poleo dijo que la crisis se produjo por factores como falta de personal, ausencia de mantenimiento y planificación, y la corrupción administrativa.

"Ha habido una militarización y cubanización del sector eléctrico con resultados ineficaces'', dijo Poleo.

Citó el caso de Plantacentro, la planta termoeléctrica más grande del país, que a principios del 2000 contaba con cinco turbinas que generaban 2,000 MW.

"Actualmente el promedio de funcionamiento es de 1.2 turbinas y producen un máximo de 375 MW'', precisó.

Poleo estimó además que en 11 años de revolución bolivariana, se invirtieron unos $35,000 millones en el sector. Pero de cada $100 invertidos, apenas unos $24 fueron ejecutados en proyectos eléctricos, señaló.

"No hubo planificación ni inversiones de mantenimiento'', dijo José Curiel, ex ministro de Obras Públicas, que estudió a fondo las causas de la crisis eléctrica.

Curiel especificó que en los últimos cuatro años se incorporó apenas el 30 por ciento de los 5,500 MW que debían añadirse a la red nacional, con casi una decena de proyectos retrasados o paralizados.

Según Curiel, existen dos centrales hidroeléctricas (La Vueltosa, en Barinas, y Tocoma, en Bolívar) y cuatro plantas termoeléctricas (Anzoátegui, Guárico, Miranda y Bolívar), que están atrasadas en su construcción.

También agregó que dos plantas eléctricas inconclusas no han podido comenzar a producir energía eléctrica en los estados Falcón y Barinas.

"En estas condiciones el racionamiento eléctrico continuará por los próximos cinco años'', precisó.

Curiel refutó la aseveración de Chávez de que los gobiernos de la era democrática no hicieron suficiente para mejorar la infraestructura eléctrica.

Dijo que de 99 represas fabricadas en Venezuela desde que se construyó la primera en 1869, 15 se construyeron durante la primera mitad del siglo XX, y que entre 1960 y 1998 se construyeron 81 reservorios de agua, varios de ellos para generación eléctrica.

"En 11 años, Chávez apenas inició la construcción de dos, y todavía no las ha terminado'', subrayó.

De acuerdo con un reporte de Corpoelec del 20 de enero, la estatal Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE), la mayor filial del conglomerado que administra 12 plantas termoeléctrica en todo el país, está funcionando apenas a 23 por ciento de su capacidad instalada debido a fallas y falta de mantenimiento.

En teoría, Cadafe debería suministrar alrededor de 4,000 MW, poco más del 40 por ciento de la demanda nacional de energía eléctrica, pero en enero apenas producía 921 MW, con sólo 16 de las 45 unidades de generación en funcionamiento.

El corte energético podría producir un impacto negativo de hasta 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) por la paralización del aparato económico, estimó el experto José Manuel Aller, académico de la Universidad Simón Bolívar (USB).

Para Carlos Larrazábal, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), la producción de bienes tendría una reducción de hasta 31 por ciento, debido a la escasez de materia prima y la energía racionada.

De hecho, las empresas estatales que procesan y producen hierro, acero y aluminio, están funcionando a 60 por ciento de su capacidad, lo cual ha causado impactos en industrias como construcción y metalmecánica, aseguró Poleo.

El racionamiento eléctrico ya está generando problemas en zonas industriales del país como el estado Carabobo, en el centro del país.

"Se está destruyendo el aparato productivo de la región'', dijo Williams Rojas, directivo de la Cámara de Pequeños y Medianos Industriales de Carabobo.

Rojas advirtió que cientos de empresas se verán obligadas a cerrar sus puertas debido a los bajos niveles de producción a causa de los recortes eléctricos, lo cual a su vez generará "una crisis de abastecimiento de muchos rubros'' de consumo.

Una potencial debacle "no tiene remedio inmediato'' e impondrá "tremendos sacrificios en la reducción del consumo de energía, lo cual significa reducir la producción nacional'', estimó el empresario Ricardo Zuloaga, cuya familia fundó en 1895 la firma Electricidad de Caracas, nacionalizada en el 2007.

Anticipando un escenario probable, Poleo explicó en detalle qué pasará cuando se produzca el colapso eléctrico al detenerse las turbinas de la represa del Guri.

"El racionamiento aumentará. La actividad económica del país se vendrá abajo. Es fácil imaginar lo que viene'', dijo. "Esto conduce a una gran conmoción social. Y es algo irreversible''.

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