viernes, 18 de julio de 2014

El cuento de la unificación cambiaria (y el dolar @80)

VenePirámides
ProDaVinci reporta que en los más de 15 años de la revolución bolivariana se han implementado tres sistemas cambiarios: un sistema de bandas (desde 1996 hasta febrero de 2002), uno de flotación libre (desde febrero de 2002 hasta febrero de 2003) y el control de cambio integral (desde febrero de 2003 hasta la fecha de este post). Como parte del control cambiario vigente desde febrero de 2003, se han implementado 4 sistemas de administración de divisas: 1. CADIVI. Vigente desde febrero de 2003. Se ordenó su supresión, con fecha límite para el 31 de diciembre de 2014 y todas sus competencias serán traspasadas a CENCOEX. 2. SITME. Vigente entre junio de 2010 y febrero de 2013. 3. SICAD 1. Tuvo su primera subasta en marzo de 2013. 4. SICAD 2. Entró en vigencia en marzo de 2014. En la actualidad persisten tres tipos de cambios en los mecanismos oficiales (tipo de cambio preferencial CENCOEX, SICAD I y SICAD II) más el que se realice en transacciones fuera de estos mecanismos. El 6 de julio de 2014, en una entrevista concedida a José Vicente Rangel, el Vicepresidente del Área Económica, Rafael Ramírez, afirmó que “nosotros vamos a ir a un proceso de convergencia hacia un nuevo sistema cambiario (…) a un sistema de bandas”. Y que eso “va a suceder en el corto plazo”.  
1. ¿Qué es la unificación cambiaria? La unificación o “convergencia” cambiaria implica tener un solo tipo de cambio en un único sistema de administración de divisas. Y, como hemos citado, Ramírez afirmó que se espera que sea un sistema de bandas. En un sistema de bandas se establecen límites (máximos y mínimos) entre los cuales fluctuaría el tipo de cambio. El límite máximo se llama el “techo” y el límite mínimo se llama el “piso”. La amplitud de la banda cambiaria (es decir: la diferencia entre el techo y el piso) la define la autoridad monetaria. Y en un régimen de cambio con base en la oferta y la demanda, para garantizar que el tipo de cambio se mantenga dentro de la banda las autoridades monetarias (el Banco Central de Venezuela, en el caso venezolano) intervienen en el mercado cambiario Si, por ejemplo, el tipo de cambio alcanza el techo (es decir: que los dólares son escasos y el precio está subiendo), las autoridades monetarias deben inyectar dólares a la economía y con eso responder a la demanda de divisas para que el tipo de cambio tienda a la baja. Cuando, por el contrario, el tipo de cambio llega al piso porque hay exceso de dólares en el mercado, las autoridades monetarias deben comprar dólares para que la menor cantidad de divisas circulantes hagan que el precio tienda al alza. Ahora bien: el tipo de cambio no necesariamente se mantiene entre las bandas mediante la libre interacción de oferta y demanda. También podría ser en un mecanismo con control directo de las autoridades económicas sobre el tipo de cambio. Conviene recordar el precedente del SICAD: se suponía que era una subasta (en la que quien esté dispuesto a ofrecer más se lleva las divisas), pero terminó siendo un sistema administrado de control de cambios, con una tasa que fluctuaba pero no con un precio formado con base en la oferta y la demanda. Vale decir que no es la primera vez que Ramírez habla de un sistema de bandas. En enero de 2014 también había anunciado que el Estado implementaría un sistema de bandas para la adquisición de divisas, en el que el “techo” sería el tipo de cambio del SICAD y el piso el tipo de cambio de CADIVI.  
2. ¿La unificación cambiaria implica una devaluación? Siempre que tenga esta duda, pregúntese: “¿Con el nuevo ajuste del tipo de cambio tendré que pagar más bolívares por cada dólar que compre?” Si la respuesta es “Sí”, entonces devaluaron la moneda. Si se implementa un tipo de cambio único administrado por un sistema de bandas, cuyo límite inferior sea superior al 6,3 BsF /US$, entonces la unificación cambiaria implicaría una devaluación. 
 3. ¿La unificación cambiaria significa la liberación del control de cambio? Ni Ramírez ni ningún otro vocero del Gobierno Central han dicho que se va eliminar el control de cambios (las restricciones para comprar y vender libremente divisas), sino que viene un nuevo sistema con un tipo de cambio único. Si suponemos que se aplicará unsistema de bandas, el tipo de cambio fluctuará entre un piso y un techo fijados por el propio Gobierno Central. Además, el Gobierno Central seguiría controlando los montos asignados. Por lo tanto, la unificación cambiaria no será una liberación del control de cambio.  
4. ¿Qué impacto tendría una unificación cambiaria? Para empezar, es importante aclarar que la unificación cambiaria no será necesariamente un proceso rápido. Algunos analistas afirman que podría tomar hasta un año. Ajustar los desequilibrios del mercado cambiario precisa tener un solo tipo de cambio que represente el verdadero valor de la moneda. Además, también se deben eliminar las oportunidades de arbitraje que tanta corrupción pueden generar. Y es necesario tener un mercado cambiario que permita la libre movilidad de capitales para que el país pueda realmente integrarse económicamente a la región. Implementar estas medidas provocará, necesariamente, un aumento de la inflación en el corto plazo. Si, tal como se ha asomado, el tipo de cambio de CENCOEX y SICAD 1 se unifica a una tasa de entre 20 y 25 BsF/US$, los productos que antes se compraban a 6,3 BsF/US$ o a 10,8 BsF/US$ se importarán a precios entre 2 y 4 veces superiores, lo cual tendría incidencia en el corto plazo en la inflación y requeriría ajustes en los precios de los productos con precios regulados que se vean afectados. Sin embargo, dada la magnitud de las distorsiones parece inevitable que el gobierno tenga que devaluar, tanto por razones fiscales (obtener más bolívares por la misma cantidad de dólares) como para intentar restringir en algún grado las importaciones que han llevado a un profundo desestímulo a la producción nacional. Por ejemplo: ¿para qué producir alimentos, si son más baratos importándose a 6,3 BsF/US$? El problema es que el petróleo es nuestra única fuente de divisas y nuestras importaciones han crecido tanto que ya no hay suficientes divisas para importar. Sin embargo, para alcanzar un equilibrio en el mercado cambiario ya no es suficiente con unificar las tasas mediante una devaluación, sino también sustituir el mecanismo de asignación de las divisas: abandonar el actual donde el gobierno decide quién recibe las divisas y cuántas a uno formado por la oferta y la demanda. Y para que este proceso conduzca a un tipo de cambio estable es necesario contar con una economía en equilibrio. Existen importantes distorsiones económicas que acumulan varios años de rezago. Hoy por hoy el Gobierno Central sigue tomando medidas desarticuladas que pueden tener un impacto en el corto plazo, pero que perderán su poca efectividad en el mediano plazo. Incluso, pueden llegar a generar mayores distorsiones en el largo plazo. Si, por ejemplo, la única medida que se adopta es una devaluación sin que ésta sea acompañada por medidas de disciplina fiscal y monetaria, además de cambios en los mecanismos de intervención en la economía, entonces habrá un aumento de precios en el corto plazo, sin que necesariamente eso se traduzca en una desaceleración de la inflación ni en el mediano ni en el largo plazo. 
5. ¿Cómo sería el mecanismo para adjudicar las divisas? Ramírez sugirió la posibilidad de un nuevo mecanismo. Esto podría entenderse como que la unificación no consistirá en desplazar las divisas a uno de los sistemas ya existentes (CENCOEX, SICAD 1 o SICAD 2). Sin embargo, no se ha dado ningún detalle sobre cómo podría ser este mecanismo, aun cuando parece probable que siga siendo un sistema altamente controlado. El sistema tipo SICAD 1 o SICAD 2 tiene la dificultad de que resulta incierto quiénes terminan accediendo a las divisas (por tanto, no es posible para un agente económico planificar sus importaciones con base en estos sistemas). El sistema CENCOEX, en tanto, está basado en la revisión de miles de solicitudes y termina generando oportunidades para prácticas dudosas, problemas de eficiencia asignativa y graves retrasos. En todos estos sistemas persiste un déficit crónico de divisas con una demanda mayor que la oferta. La razón es que el tipo de cambio está por debajo de las expectativas de mercado. Lo que deja abierta una nueva pregunta: ¿podrá un nuevo diseño con base en el control superar estos problemas de los sistemas existentes?

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