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La parálisis que vive la industria automotriz pone en riesgo los puestos de trabajo, según temen los sindicatos del sector automotor.
Crhistian Pereira, presidente de la Federación de Trabajadores Automotrices, Autopartes y Conexos (Futaac), aseguró que las ensambladoras Chrysler y General Motors han solicitado el despido de 119 y 500 trabajadores, respectivamente.
Pereira aseguró que ambas empresas introdujeron pliegos ante la Inspectoría del Trabajo solicitando la medida y ya ese organismo admitió las peticiones y procederá a evaluarlas. En ambos casos, indicó, el argumento de las empresas apunta a las dificultades financieras que enfrentan debido a la drástica caída de la producción.
"No es imputable a los trabajadores", señaló Pereira. Asimismo, criticó que el Ministerio del Trabajo ha actuado de forma "muy expedita" en la recepción y admisión de los pliegos de las dos automotrices.
Recordó que en Chrysler laboran poco más de mil trabajadores, mientras que en General Motors la cifra supera las 3 mil personas.
La semana pasada, Marcela Máspero, coordinadora nacional de Unión de Trabajadores de Venezuela (Únete), durante la 70 Asamblea Anual de Fedecámaras, celebrada en Paraguaná, también criticó la actuación de las ensambladoras. A través de su cuenta de Twitter también ha criticado a las autoridades por aceptar el pliego para el despido de los obreros.
La industria automotriz atraviesa uno de sus peores momentos en décadas, debido a la restricción del sistema cambiario. Según la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez), entre enero y mayo de este año las siete ensambladoras privadas apenas ensamblaron 5.233 carros, cifra que representa un bajón de 83,20% con respecto al mismo período.
Varias de las siete automotrices han sufrido paralizaciones durante el año tras agotar el material de ensamblaje. De acuerdo al presidente de la Futaac tanto Iveco como la propia Chrysler aún están paralizadas a la espera de la llegada del materia del ensamblaje.
Para las ensambladoras el futuro de las operaciones no es claro. Este año sólo recibieron divisas a través de una subasta de dólares en el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), lo que les permitió iniciar la importación de material de ensamblaje para algunas unidades y evitar agudizar la paralización.
Adicionalmente, las automotrices tampoco conocen un cronograma de pago para la deuda que mantienen con sus casas matrices y que, según fuentes de la industria automotriz, ronda los 2,8 millardos de dólares. Desde finales del año pasado las empresas advirtieron al Ejecutivo nacional que sin una liquidación oportuna de las divisas enfrentarían la imposibilidad de importar material de ensamblaje y sufrirían paralizaciones, según reportó el diario El Universal.
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