VenePirámides
Las reservas internacionales registraron en 2013 su retroceso más profundo del último cuarto de siglo, al caer 28,1% a 21.485 millones de dólares, según los datos publicados por el Banco Central de Venezuela (BCV).
La disminución más grave que han sufrido las reservas fue en 1988 -en el último año del control de cambio que rigió durante el Gobierno de Jaime Lusinchi- cuando bajaron 29,7% en un año.
A partir de ese año, las bajadas más pronunciadas fueron de 15,5% en 1995 (un año antes de eliminar el control de cambio de Rafael Caldera), de 16,6% en 1998 (cuando los precios petroleros cayeron a 7 dólares por barril), de 19,7% (en un año de inestabilidad con golpe de Estado y paro petrolero incluidos) y de 16,9% en 2009 (cuando los precios del petróleo cayeron 34,1% en un año).
En esta oportunidad los resultados contrastan con las metas del Ejecutivo nacional de alcanzar un nivel de 29.000 millones de dólares al cierre del año, considerado óptimo por las autoridades. En su lugar se llegó a las tres cuartas partes de esa meta, 7.515 millones de dólares por debajo de la previsión.
A mediados de octubre el vicepresidente del Área Económica, Rafael Ramírez, pese a indicar que la caída de las cotizaciones del oro en los mercados internacional estaba afectando el nivel de reservas, no desestimó la posibilidad de alcanzar los 29.000 millones de dólares al terminar el año pasado.
La capacidad de maniobrar con los dólares de las reservas -que sirven para financiar importaciones y pagar la deuda externa- se ha visto reducida debido a la poca liquidez de las mismas, luego de que el Gobierno decidiera colocar la mayor parte en oro.
A lo largo del año pasado se evidenció que las posibilidades de desembolsar divisas, en un entorno nacional marcado por el control de cambio, se redujeron. A principios de 2013 se eliminó el Sitme, un mecanismo alterno a Cadivi que permitió a empresas y particulares acceder a dólares a un precio superior al oficial, pero no tan elevado como el del mercado paralelo. Le sustituyó el Sicad, que terminó operando con regularidad apenas a partir de octubre y a través del cual se adjudicaron 2.186 millones de dólares, un 72,3% por debajo de las autorizaciones del Sitme durante el año previo.
Las consecuencias fueron inmediatas: la manufactura, que ya sufría por los retrasos de Cadivi en aprobar la compra de divisas, comenzó a reportar graves problemas para producir por las dificultades para importar insumos y materias primas.
El Bank of America Merrill Lynch calcula que el crecimiento real del Producto Interno Bruto de 2013 fue de 1%, tras registrar un promedio de 4,1% durante los últimos seis años.
De cara a este año, la unidad de investigación del banco estadounidense estima una contracción económica de 4,1%, una inflación de 75% y un retroceso del consumo privado de 6,5%.
Las negativas perspectivas se basan en la certidumbre de un agudo ajuste cambiario, marcado por dos devaluaciones que llevarían la tasa de cambio de Bs 6,3 a Bs 11 y luego a Bs 18, indican en un reciente informe.
Para Bank of America Merrill Lynch la elevada inflación, en un año en el que el Gobierno prepara medidas para controlar todavía más los precios de los bienes y servicios a todo nivel, podría generar desórdenes sociales, pero aún con el riesgo de inestabilidad social la institución no cree que la capacidad de pago de deuda de Venezuela se vea afectada, según reportó el diario El Universal.
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