VenePirámides
Consciente de que el precio de los alimentos es una variable clave para la calidad de vida de las familias más humildes que destinan 45 de cada 100 bolívares de ingresos a la compra de comida, el Gobierno controla el costo de los productos básicos, maneja una importante estructura de empresas agroindustriales y posee miles de hectáreas en el sector agrícola, pero los resultados no son los esperados.
El Banco Central de Venezuela registra que entre noviembre de 2012 y noviembre de 2013 el precio de los alimentos y las bebidas no alcohólicas registró un salto de 79,3% que supera abiertamente al 19% obtenido en el período anterior y representa el mayor incremento para este lapso desde 1999.
Un vuelo rasante a lo que ocurre en el resto de América Latina deja al descubierto la magnitud del desequilibrio que sufren los venezolanos.
De acuerdo con las cifras de la FAO entre noviembre de 2012 y noviembre de 2013 el costo de los alimentos solo aumentó 0,6% en Colombia, 1% en Ecuador, 2,8% en Perú, 3,6% en México, 4,5% en Chile, 7,8% en Argentina, 8,6% en Brasil y 9,6% en Uruguay.
El incesante aumento en el precio de la comida en Venezuela obedece a una mezcla de factores. El Gobierno se ha valido de la impresión de billetes en el Banco Central para cubrir parte de sus gastos y esta inyección de dinero sin respaldo impulsa la demanda con una velocidad que no puede ser acompañada por la oferta.
Al contrario, la oferta declina porque la producción de las empresas públicas en el sector de alimentos desciende, de hecho, las cifras oficiales registran una caída de 11,8% en el tercer trimestre, mientras que el ala privada tampoco responde adecuadamente porque el control de precios impide que se cubran adecuadamente los costos y la sequía de divisas retrasa las importaciones de insumos y materias primas.
En este entorno, el aumento de precios ha venido acompañado de una creciente escasez de alimentos esenciales en los supermercados y el descenso de los inventarios hasta niveles que se tornan preocupantes.
El informe elaborado por el Banco Central para medir el desabastecimiento desnuda que la carestía de alimentos básicos en Caracas ha crecido incesantemente al punto que el termómetro general, que refleja un promedio de todos los rubros, prácticamente se duplica al elevarse desde 13,1% en octubre de 2012 hasta 22% en octubre de 2013 (última cifra disponible), el nivel más alto en 46 meses.
Para disminuir la escasez de alimentos el Gobierno lleva adelante un plan de importaciones masivas que aún no ha logrado resolver los inconvenientes que padecen los consumidores que se han acostumbrado a recorrer distintos establecimientos en busca de alimentos básicos.
El 23 de octubre del año pasado el vicepresidente para el Área Económica y presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, afirmó que "para resolver dos problemas que nos están afectando mucho, que es el tema del desabastecimiento y tiene una importante presión inflacionaria, estamos preparando una ofensiva, una cosa masiva de importación de alimentos", según reportó el diario El Universal.
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