VenePirámides
En el conjunto residencial El Encantado, en El Hatillo, poco ha cambiado desde el 31 de octubre, cuando el presidente Hugo Chávez ordenó la expropiación del desarrollo por el cobro de cuotas vinculadas al índice de precios al consumidor y al retraso en las obras.
La intervención gubernamental de 33 proyectos en construcción entre expropiaciones, ocupaciones temporales y fiscalizaciones especiales cumplió 4 meses y la mayoría de los compradores no ha podido concretar el anhelo de tener una vivienda propia.
Los compradores de las etapas 2, 3 y 4 de El Encantado, por ejemplo, continúan esperando que las obras se reanuden. "No ha habido ningún avance. Los edificios están como los dejó la constructora", aseguró vía telefónica una propietaria que prefirió no ser citada por su nombre.
Un recorrido por el lugar permite constatar que el movimiento de obreros y materiales se limita casi exclusivamente a los cuatro edificios de la primera etapa, terminados antes de la expropiación, dónde los dueños han encargado trabajos como colocación de cerámica y empotrado de cocinas.
En la junta administradora designada por el Ministerio de Vivienda y Hábitat, que funciona en la antigua oficina de ventas de la constructora, se niegan a informar sin antes recibir una solicitud por escrito.
Una cartelera que se encuentra en el lugar, sin embargo, permite conocer las novedades.
Allí informan de reuniones realizados con el banco que financiaba el proyecto, para garantizar que fluyan los recursos, y con Hidrocapital, para conocer los trámites pendientes para el suministro de agua.
La situación del conjunto residencial San José del Ávila, en la avenida Baralt, es similar a la de El Encantado. El acceso está restringido, pero la vista desde afuera sugiere que son pocos los avances en la construcción y el testimonio de los obreros confirma la teoría.
Los trabajadores dijeron que las obras se reanudaron ayer, porque fue el viernes en la tarde cuando la junta administradora recibió del banco los recursos necesarios para ponerse al día con los pagos atrasados, según reportó el diario El Nacional.
En el conjunto residencial El Encantado, en El Hatillo, poco ha cambiado desde el 31 de octubre, cuando el presidente Hugo Chávez ordenó la expropiación del desarrollo por el cobro de cuotas vinculadas al índice de precios al consumidor y al retraso en las obras.
La intervención gubernamental de 33 proyectos en construcción entre expropiaciones, ocupaciones temporales y fiscalizaciones especiales cumplió 4 meses y la mayoría de los compradores no ha podido concretar el anhelo de tener una vivienda propia.
Los compradores de las etapas 2, 3 y 4 de El Encantado, por ejemplo, continúan esperando que las obras se reanuden. "No ha habido ningún avance. Los edificios están como los dejó la constructora", aseguró vía telefónica una propietaria que prefirió no ser citada por su nombre.
Un recorrido por el lugar permite constatar que el movimiento de obreros y materiales se limita casi exclusivamente a los cuatro edificios de la primera etapa, terminados antes de la expropiación, dónde los dueños han encargado trabajos como colocación de cerámica y empotrado de cocinas.
En la junta administradora designada por el Ministerio de Vivienda y Hábitat, que funciona en la antigua oficina de ventas de la constructora, se niegan a informar sin antes recibir una solicitud por escrito.
Una cartelera que se encuentra en el lugar, sin embargo, permite conocer las novedades.
Allí informan de reuniones realizados con el banco que financiaba el proyecto, para garantizar que fluyan los recursos, y con Hidrocapital, para conocer los trámites pendientes para el suministro de agua.
La situación del conjunto residencial San José del Ávila, en la avenida Baralt, es similar a la de El Encantado. El acceso está restringido, pero la vista desde afuera sugiere que son pocos los avances en la construcción y el testimonio de los obreros confirma la teoría.
Los trabajadores dijeron que las obras se reanudaron ayer, porque fue el viernes en la tarde cuando la junta administradora recibió del banco los recursos necesarios para ponerse al día con los pagos atrasados, según reportó el diario El Nacional.
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