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Los efectos del control de cambio en la economía venezolana, que se ha prolongado por casi 10 años, se traduce en la desindustrialización del país, afirma la economista y decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela, Sary Levy.
Esto se debe a que mientras el tipo de cambio en el país es constante, el mundo vive una inflación baja, por lo que se generan desfases entre los costos de producción internos y externos. "Sale más económico importar que producir en Venezuela", dijo.
Esta situación genera una merma de capacidad productiva que trae como consecuencia la pérdida de empleo. Además, encarece los productos nacionales y hace que el país se vuelva más dependiente de las importaciones.
Al cierre de 2012, de acuerdo con datos del Banco Central de Venezuela, los egresos por importaciones acumularon 56,3 millardos de dólares, lo cual representa un incremento de 20,4% con respecto al año pasado.
Aunado con esto, existen otros controles del Estado sobre las empresas que se traducen en inseguridad jurídica e incertidumbre para los posibles inversionistas, consideró la especialista. "El control de cambio está fuera de su momento histórico, hoy en día ya eso no se puede aplicar", dijo Levy.
Desde 2003 Venezuela ha vivido 4 ajustes en el control de cambio. El primero cuando se pasó de 1,60 bolívares por dólar a 1,92 bolívares por dólar. Después se ajustó a 2,15. Luego se estableció un sistema de cambio dual, en el que algunos productos podían importarse a 2,60 bolívares por dólar y otros a 4,30 bolívares por dólar.
El más reciente unificó los dos tipos de cambio a 4,30 bolívares por dólar.
"En el país hemos tenido todos los tipos de esquemas cambiarios: fijo, libre y de ajustes por banda", señaló la economista, por nombrar algunos de los más comunes.
El efecto inmediato de estos ajustes se revierte en un beneficio para el sector público: genera más bolívares por dólar y le permite balancear las cuentas públicas.
Señaló que el costo del control de cambio es casi 10% del producto interno bruto, eso representa un ahorro muy importante que podría destinarse a la mejora de los servicios públicos.
"El ajuste cambiario es un elemento que tendría que venir acompañado con otras políticas que incentiven la oferta nacional. Si eso no se realiza, la población padece su costo y a la larga no logra los beneficios esperados", según reportó el diario El Nacional.
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