VenePirámides
En Venezuela existen tres diferentes mercados para el dólar, el gobierno anuncia un cuarto, el “dólar permuta”; algo como un “permuta restringido”, así se configura el régimen cambiario que corre junto a mecanismos alternativos no cambiarios; en conjunto el régimen de adquisición de divisas más caro y más costoso en el mundo, digno de Ripley y Guiness. Ese complejo régimen de compra de divisas ha creado la más grotesca distorsión en los precios, y su objetivo principal es conformar una relación de precios depredadora del ahorro y capital de privado, todo aquel que requiera un dólar será más pobre y miserable después de adquirirlo “libremente” en el mercado alterno.
El gobierno, fiel a su código ideológico, culpa a especuladores; en realidad el culpable es el gobierno por derrochador de la renta fiscal, por malísima asignación de recursos, por el masivo despilfarro, por violar las reglas naturales del intercambio, por el dislocado endeudamiento público para financiar su clientela política y por corrupción y por descapitalizar la industria petrolera para financiar sus venturas políticas.
Como lo habíamos previsto, el régimen cambiario, colapsa durante el último trimestre del 2012 por la escasez de divisas en los fondos del gobierno, incluidas las reservas internacionales en el BCV en medio de una colosal crisis de balanza de pagos, inducida por una insostenible situación fiscal que corre un déficit fiscal en 23-25% del PIB. La relación causal es un sencilla, no hay dólares, no hay bolívares, y si el BCV financia el déficit fiscal –monetiza- el costo es la hiperinflación, y el dominio de esta, dependerá de los volúmenes de financiamiento.
El resultado neto es un gobierno con severos problemas de pagos por escasez de dólares, los cuales se unen a las asimetrías de información y conocimiento en el gabinete económico –incluido el BCV- en un entorno de escasa credibilidad y confianza. Así, el gobierno afirma tener dólares guardados, en el mercado no los hay, tampoco están en los balances, estos no los conoce nadie, el mercado como es obvio quiere dólares contantes y sonantes, y la crisis de pagos, fiscal y de balanza de pagos tiene un número: el precio del dólar paralelo. La clásica crisis de pago que sufrieron muchas economías en la región, incluida Venezuela en la década de los ochenta esta allí, Venezuela reincide.
El control de cambio se estableció como agenda para descapitalizar el sector privado obligándolo a un sistema depredador para adquirir las divisas. Hoy para adquirir un dólar, tenemos un régimen que replica el modelo cambiario cubano donde gobierno, asociados mercantilistas, la red de corrupción y empresas publicas adquirían/adquieren dólares subsidiados, mientras un sector privado, empresas y gente tengan, en medio de una grotesca escasez a 110 $/barril de petróleo- pagar por un dólar hasta seis veces el precio que pagan gobierno y asociados.
De hecho, esas distorsiones han creado un marco de depredación que destruye el capital y el ahorro privado venezolano; su funcionamiento funda una agenda descapitalización del sector privado eje de la economía política del gobierno. El resto son “consecuencias no intencionadas” naturales en las economías comandadas por el Estado. Su marco institucional y monetario que subyace a un colosal déficit fiscal en la grotesca expansión monetaria que se ejecuta para proveer al gobierno de bolívares, menguados estos inicialmente por la caída de la renta petrolera. Véase el grafico anexo de reservas internacionales y base monetaria, el historial de seis años del actual Ministro de Finanzas cuando ejercía la Presidencia del BCV.
El fenómeno de depredación impuesto por el gobierno, en el mercado del dólar funciona de la siguiente manera. En primer lugar, el gobierno centraliza y monopoliza las divisas generadas por la renta petrolera y el externo en depósitos/inversiones en divisas del Tesoro y fondos públicos, empresas financieras y no financieras del Estado/Gobierno autorizadas por el BCV y Min Finanzas para tener depósitos en divisas en el mercado internacional. Esos fondos han sido colocados desde New York hasta Beijing, pasando por Irán, Bielorrusia, Moscú y el Caribe, dado los negocios “petroleros” con Cuba en una amplia red donde guindan los negocios del Estado y sus empresas con sus clientes comerciales, mercantiles y políticos. Estos fondos también financian inversión del Estado/gobierno, importaciones del sector público y toda clase de arreglos financieros con sus clientes políticos y mercantiles.
Y en segundo lugar, el remanente de esos petrodólares, entregados a la administración del BCV como reservas internacionales hasta trasferencias a FONDEN. Estas divisas son las que ofertan en CADIVI, especie de piñata financiera donde se baten importadores multinacionales, asociados mercantilistas del gobierno en el sector privado y empresas del Estado. Todos, menos los privados, nacionales e internacionales, comparten el racionamiento discrecional de las divisas en CADIVI del primer dólar, el de 6.50 Bs, satisfaciendo con dificultades las importaciones parciales de medicinas, alimentos y materias primas de públicos y privados, acá esta la fuente de la escasez producida porque el flujo neto de caja de la renta petrolera es negativo y ello se refleja en la caída de las reservas internacionales, las cuales en un año han caído 43 % develando lo que para nosotros no era secreto, una severa crisis de balanza de pagos inducida en la caída de la renta petrolera, que ahora descubren otros como el hueco al macarrón.
Una crisis de balanza de pagos es un estadio en el cual cae violentamente la liquidez internacional (reservas) implicando un sucesivo proceso de devaluaciones – 250% a la fecha- del bolívar en el marco del control de cambio. La inflación que registra la caída del poder de compra del bolívar aun no registrada en su totalidad, se mantiene represada, veremos más adelante que los otros mercados del dólar aunque expresan con mayor realismo la inflación, se observa que también la inflación esta aun represada.
La presión inflacionaria que viene en el masivo financiamiento monetario por el BCV del déficit fiscal, es aún más explosiva, y se encuentra en el umbral de la hiperinflación, aun controlada por el aparataje político-metodológico que calcula el IPC en el BCV, y que sabemos no se acopla a la realidad medida en pérdida de poder adquisitivo del bolívar.
Los precios del dólar, operan bajo la presión del mercado, aunque en el SICAD, el segundo dólar, se convirtió en un fiasco, y la razón es muy sencilla, ni en FONDEN, ni en PDVSA ni otros fondos hay dólares para rifarlos en el SICAD, el racionamiento también es sistemático, y a un precio dos veces mayor que en CADIVI. El SICAD, el segundo gran fiasco de la “política cambiaria” del gobierno es parte de las soluciones paridas por los aliados mercantilistas del gobierno en el mercado financiero, unidos a la esperanza de empresarios privados que requieren el dólar para sus sobrevivencia de sus economías, a la cual el gobierno le ha puesto precio.
En ese sistema de “subastas” el precio del dólar ha llegado a doblar el precio del primer dólar en CADIVI, pese a que el gobierno lo esconde como hace con la corrupción. Costos e inflación por este mercado están aún por debajo de la “inflación efectiva”, los precios registrados en las subastas, están muy por debajo del equilibrio que pide el enorme déficit en la balanza de pagos y el no financiable déficit fiscal.
El dólar paralelo: la indisciplina fiscal su progenitora
El tercer dólar–por ahora- es el mal llamado mercado negro del dólar paralelo, y que es penalizado por la ley como delito cambiario, pese a que las transacciones en ese mercado no son cambiarias, el gobierno sin abogados ni economistas, ha improvisado conceptos e idioma, con el exclusivo objetivo de penalizar la actividad económica. Ese mercado, sin embargo, que se realiza con plena libertad es el gran incentivo para todo aquel que tenga dólares off shore, desde privados, hasta el gobierno, bancos y empresas.
Sin embargo, más allá de la prima de riesgo que envuelven las transacción, es un arbitraje que refleja las distancias entre el bolívar y el dólar en costos y paridad, y por ende el “punto de equilibrio” entre el bolívar y el dólar a falta de un régimen cambiario normal de plena convertibilidad. En los hechos es un marcador de precios, por ejemplo, el BCV solo mide una inflación de una canasta de precios marcados, mientras el bolívar pierde poder de compra a mayor velocidad, esa es la asimetría entre el bolsillo y el IPC estimado por el BCV, y causa central del actual ritmo de empobrecimiento.
El último dólar, la permuta, se perfila como el 2do fiasco, el Presidente anuncia que será restringido, entonces el precio del dólar alternativo seguirá disparándose. El permuta ha puesto a la opinión pública bajo el fuego de la poderosa maquinaria propagandística del gobierno. Este juega desde hace nueve meses a crear mecanismos más flexibles para la adquisición de las divisas por parte del sector privado, mientras tanto obliga al sector privado a operar con sus propios ahorros en dólares.
Lo curioso de la propuesta de permuta del gobierno, es que teniendo más de seis meses en el mercado de opinión, aun no se conoce sobre cual liquidez y microestructuras financieras en deuda pública (incluida PDVSA) funcionaria el swap. Hasta finales del 2012 el dólar permuta o canje de bonos se realizaba porque el gobierno a través de FONEN y otros fondos del Tesoro, liquidaba los bonos en dólares y así los demandantes de divisas off shore obtenían esas divisas. El sistema colapso con la crisis de balanza de pagos y fiscal que exploto en el último trimestre del 2012.
La verdad es muy clara, para que funciones un permuta, como opero entre 2005 y 2010, se requiere que el gobierno tenga liquidez y papeles de deuda fresca para el swap, pero Maduro anuncia que será restringido en montos y ruedas, lo cual es una clara confesión que el gobierno no posee dólares para el sector privado. El mensaje es claro, si el sector privado quiere sobrevivir que traiga sus dólares y corra los riesgos, de lo contrario entrara en acción el Órgano de Defensa de la Economía, un mecanismo de militarización y los decretos de la Habilitante para emular el 1962 de Oswaldo Dorticos, según reportó Alexander Guerrero.
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