VenePirámides
Si un equipo médico tratase a la economía venezolana diagnosticaría que el paciente sufre hemofilia, una enfermedad caracterizada por copiosas hemorragias difíciles de contener. En efecto, Venezuela padece una incesante salida de divisas, un constante flujo de riqueza que vuela al exterior porque los ciudadanos y las empresas cambian la mayor parte de los bolívares que les sobra a dólares, dejando al país con poco ahorro para impulsar planes de desarrollo.
Apoyado en la balanza de pagos que publica el Banco Central el economista y profesor del IESA, Miguel Ángel Santos, determina que en los trece años de gobierno de Hugo Chávez (1999-2011) la salida de divisas, después de realizar los ajustes necesarios para poder comparar en el tiempo, suma 131 mil 538 millones de dólares. Esta cifra supera en 18% a la fuga de divisas que estremeció las cuentas del país durante la segunda mitad del Siglo XX, entre 1950-1999, como precisó el economista Emilio Medina Smith en un trabajo que el Banco Central galardonó con el premio Ernesto Peltzer en 2004.
Empleando una serie de técnicas, entre las que se encuentra la metodología que aplica el Banco Mundial, Emilio Medina Smith concluye que en términos reales, es decir después de corregir la inflación, los venezolanos trasladaron al exterior en los últimos cincuenta años del siglo pasado 111 mil millones de dólares. Desde 2003 la administración de Hugo Chávez mantiene un férreo control de cambio, es decir, no es posible acudir a un banco a comprar dólares, entonces, ¿cómo es que los capitales abandonan Venezuela?
Miguel Ángel Santos menciona en primer término un mecanismo ideado por el propio Gobierno para financiarse y disminuir momentáneamente excesos de liquidez que alimentan la inflación: la emisión de bonos en dólares, de Pdvsa y el Ministerio de Finanzas, que los ciudadanos y las empresas compran con bolívares y luego revenden en el exterior para obtener divisas. Esta modalidad, que explica el meteórico ascenso de la deuda externa de la República, también se ha utilizado desde el año pasado en el Sitme, un sistema donde las empresas compran bonos en divisas en el Banco Central. Otra manera de escape fue el activo mercado paralelo, alimentado con sofisticados mecanismos de permuta hasta que el año pasado el Gobierno lo clausuró acabando con las casas de bolsa.
Al mismo tiempo no hay que descartar que esté operando, como ocurrió en el control de cambio que decretó Jaime Lusinchi, la sobrefacturación de importaciones, es decir, la posibilidad de que algunas empresas soliciten en Cadivi más dólares de los que en realidad utilizan para importar.
Para determinar las causas que sumergen a Venezuela en una fuga de capitales crónica, Emilio Medina recurrió a lo que en econometría se conoce como el método de la cointegración, desarrollado por dos investigadores, Engle y Granger, que gracias a este trabajo obtuvieron el Nobel. Básicamente este método permite saber si una variable es determinante en el largo plazo en el período en estudio y, ¿qué arrojó? La lista de variables comienza con la inflación y las tasas de interés, porque cuando los países tienen elevada inflación y bancos que no compensan adecuadamente el ahorro, las personas cambian el dinero a otra moneda para no perder capacidad de compra.
Otro factor es el crecimiento de la deuda externa, porque los venezolanos saben que en la medida en que se incrementa si el Gobierno en algún momento no puede cumplir con estos compromisos recurrirá a una devaluación para cuadrar las cuentas.
Sigue en la lista la sobrevaluación sistemática del tipo de cambio, un desajuste donde el dólar se mantiene artificialmente barato y las importaciones se disparan.
Durante el gobierno de Hugo Chávez estas tres variables se han mantenido e incluso agravado.
La inflación es la más alta de América Latina y supera por mucho a las tasas de interés, la deuda externa ha aumentado a paso firme y ya representa 50% del PIB, mientras que la sobrevaluación del bolívar crece y bancos de inversión pronostican una devaluación de la moneda en 2013, según reportó el diario El Universal.
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