VenePirámides
Gracias al incremento de los precios del petróleo el Gobierno inyecta una importante dosis de gasto público y la economía recupera la senda del crecimiento, no obstante, desequilibrios de fondo como el déficit de inversión colocan una pared a pocos metros.
Al igual que en otros períodos en los que el barril ha ganado brillo los petrodólares permiten que la administración de Hugo Chávez aliente el consumo y las empresas aumenten las ventas, pero una vez se empleen al máximo las máquinas y equipos disponibles en las plantas, el crecimiento tocará techo.
Las estadísticas del Banco Central indican que tras la caída de 2009 y 2010 la inversión en máquinas y equipos que permiten ampliar la producción aumentó 4,4% en 2011, pero aún después de este avance permanece 10,3% por debajo del nivel alcanzado en 2008.
Analistas consideran que en un entorno de control de precios, control de cambio y expropiaciones es normal que la inversión privada se desinfle, restándole fuerza a la recuperación de la economía.
El Banco Central no ha difundido cifras de inversión pública y privada, sólo entrega un número consolidado, pero entre 2007 y 2010 la inversión privada cayo 43,6%.
El declive de la inversión privada se traduce en menos empleo en el sector formal e incapacidad para que la industria aumente la producción y diversifique las exportaciones.
Si bien el Estado dispone de los recursos que provee la renta petrolera, este ingreso no es suficiente para crear los puestos de trabajo que requiere el país a fin de disminuir la ocupación en el sector informal.
Entre 1950 y 1980 el país aumentó de manera constante su capacidad para producir, incluso superó las necesidades reales, pero el colapso del modelo rentista acabó con esta tendencia.
Trabajos académicos indican que la capacidad acumulada llegó a su uso pleno en 2008 y por tanto, es necesario un modelo que permita retomar la inversión para asegurar crecimiento sostenido.
Otro factor a considerar es que las máquinas y equipos de un número importante de las empresas venezolanas, que al momento de su instalación contaban con la última tecnología, han pasado a ser obsoletos con el paso de los años.
En 2011 las exportaciones no asociadas al petróleo aportaron 4 mil 471 millones de dólares al país, cifra que se traduce en una caída de 19% respecto a lo alcanzado quince años atrás, según reportó el diario El Universal.
Gracias al incremento de los precios del petróleo el Gobierno inyecta una importante dosis de gasto público y la economía recupera la senda del crecimiento, no obstante, desequilibrios de fondo como el déficit de inversión colocan una pared a pocos metros.
Al igual que en otros períodos en los que el barril ha ganado brillo los petrodólares permiten que la administración de Hugo Chávez aliente el consumo y las empresas aumenten las ventas, pero una vez se empleen al máximo las máquinas y equipos disponibles en las plantas, el crecimiento tocará techo.
Las estadísticas del Banco Central indican que tras la caída de 2009 y 2010 la inversión en máquinas y equipos que permiten ampliar la producción aumentó 4,4% en 2011, pero aún después de este avance permanece 10,3% por debajo del nivel alcanzado en 2008.
Analistas consideran que en un entorno de control de precios, control de cambio y expropiaciones es normal que la inversión privada se desinfle, restándole fuerza a la recuperación de la economía.
El Banco Central no ha difundido cifras de inversión pública y privada, sólo entrega un número consolidado, pero entre 2007 y 2010 la inversión privada cayo 43,6%.
El declive de la inversión privada se traduce en menos empleo en el sector formal e incapacidad para que la industria aumente la producción y diversifique las exportaciones.
Si bien el Estado dispone de los recursos que provee la renta petrolera, este ingreso no es suficiente para crear los puestos de trabajo que requiere el país a fin de disminuir la ocupación en el sector informal.
Entre 1950 y 1980 el país aumentó de manera constante su capacidad para producir, incluso superó las necesidades reales, pero el colapso del modelo rentista acabó con esta tendencia.
Trabajos académicos indican que la capacidad acumulada llegó a su uso pleno en 2008 y por tanto, es necesario un modelo que permita retomar la inversión para asegurar crecimiento sostenido.
Otro factor a considerar es que las máquinas y equipos de un número importante de las empresas venezolanas, que al momento de su instalación contaban con la última tecnología, han pasado a ser obsoletos con el paso de los años.
En 2011 las exportaciones no asociadas al petróleo aportaron 4 mil 471 millones de dólares al país, cifra que se traduce en una caída de 19% respecto a lo alcanzado quince años atrás, según reportó el diario El Universal.
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